lunes, 17 de diciembre de 2018



COLD WAR/GUERRA FRÍA****

Título original: Zimna wojna. Director: Pawel Pawlikowski. Guión: Pawel Pawlikowski y Janus Glowacki. Intérpretes: Joanna Kulig, Tomasz Kot, Borys Szic, Agata Kulesza, Cedric Kahn, Jeanne Balibar, Adam Woronowicz, Adam Ferency. Productora: Bartos Bernasz, Agniesza Calik, Ira Cecic. Fotografía: Lukasc Zal. Música: Anna Bilicka. Montaje: Jaroslaw Kaminski. País: Polonia-Francia. Año: 2018. Duración: 90 min. Público: Todos.


Tomasz Kot and Joanna Kulig in Zimna wojna (2018)
Una auténtica joya. Un elogio de la pasión amorosa, hasta la muerte, entre un hombre y una mujer y, por otra, de la mirada cinematográfica. Amor en tiempos difíciles. No se te va de la cabeza ni de los oídos la canción ‘Cuatro ojos y dos corazones’ que resuena en versión folklórica, sinfónica y con las múltiples variaciones de jazz durante toda la película.

Pawel Pawlikowski es un interesantísimo director polaco que regresa tras Ida (2013), la película ganadora -y con razón- del Oscar a mejor película extranjera que lo situó en el panorama cinematográfico más alto a pesar de que llevara más de 20 años rodando de país en país, con otra obra en blanco y negro ambientada en la guerra fría como su antecesora. Pawlikowski comenzó con el documental, y esta historia arranca por eso rindiendo homenaje a la cultura popular y las canciones de amor, encontrando la belleza en los sentimientos de esas letras. Durante esa búsqueda de talentos, el pianista y culto Wiktor (Tomasz Kot) conoce a una desesperada chica de pueblo y de pasado problemático, Zula (Joanna Kulig). Ella canta, él se enamora, y la vida de ambos cambia para siempre.

Tomasz Kot y Joanna Kulig en Cold War

La letra de la canción ‘Cuatro ojos y dos corazones’ simboliza la doble llama de amor, como diría Octavio Paz. La protagonista canta los versos “cuatro ojos y dos corazones que lloran día y noche”, de forma irresistible y a ritmo de folk o de jazz, como metáfora del amor apasionado que une a los dos amantes protagonistas. Un amor que el director transfiere en blanco y negro y con amplias elipsis, con una narrativa contenida y austera, sin aspavientos de cámara, pero a la vez sostenida con una silenciosa pasión. Cold War no es simplemente una historia de amor, es una historia de amor atravesada por la realidad socio-política.

Tomasz Kot in Zimna wojna (2018)

Los variables y cambiantes acontecimientos históricos que ocurren entre 1949 y 1964 en Europa están de fondo en la tortuosa e imposible relación entre Zula, cantante y bailarina de un grupo de folk tradicional polaco, y Wiktor, director y compositor musical, que trabaja enmarcado en una campaña comunista en defensa de la cultura polaca, que pronto se convierte en un absurdo canto ideológico que los lleva por media Europa, saltando el telón de acero en más de una ocasión. Una relación de quince años vivida con atormentados encuentros y desencuentros en el tiempo y en el espacio, de Polonia a París, de París a Polonia, pasando por la antigua Yugoslavia satélite de la URSS. Encuentros y desencuentros apasionados que el espectador no puede evitar relacionar con la novela de Mario Vargas Llosa, Travesuras de la niña mala.

La pasión convulsa -a veces destructora- de los amantes se entrelaza, a modo de metáfora, con la fría posguerra de Polonia, con la siniestra sombra del régimen dictatorial comunista y con la incomunicación de la guerra fría, de ahí el título de la película. Los escenarios son arquitecturas frías en el régimen y la calidez de París. Cuando los relatos éticos son destruidos, las convulsiones de las pasiones amorosas, al igual que las convulsiones ideológicas históricas, van encarriladas a la tragedia.

El pasado sábado 15 de diciembre de 2018 se celebró en Sevilla la gala de entrega de los European Film Awards (EFA), en la que el largometraje polaco, premio a la dirección en el último Festival de Cannes, arrasó en (casi) todas las categorías en las que participaba: película, dirección, actriz principal (Joanna Kulig) y guion original. 


Hay una sencilla pero interesante manera de rodar la película, en especial a sus protagonistas cuando están juntos, donde casi siempre se usa el plano contraplano frontal, resultando una sensación de un muro que los separa. Toda la cinta está llena de este detalle o de mil maneras de separarlos tanto física como emocionalmente. Y hacer eso es todo un arte. Una pareja que en suma, quiere estar atada y no puede controlar su futuro, una conmovedora historia de amor.

Un guión sencillo y hasta simple, pero que esconde una mirada y unas intenciones por parte del cineasta que no deben dejarse pasar por alto. Del sueño de emigrar y encontrarse vacío de pronto y volver y estar igual de mal. Cold War pasa en un suspiro mientras observamos a Zula y Wiktor perdidos, siempre insatisfechos y siempre incompletos. Lo que hay allí no lo encontramos aquí. No hay oportunidad para los grises, todo es blanco o negro. Tampoco hay exaltación de una época, o un modo de vida, por mucho que París no sea la Varsovia comunista. Todo parece deprimente y poco amigable.

Tomasz Kot and Joanna Kulig in Zimna wojna (2018)

Puede que Pawlikowski repita muchos de sus estilismos y formas de su anterior trabajo, pero consigue transmitir una mirada al pasado de Polonia y a una época que le hace adquirir esa cosa que se suele llamar autoria o carácter. Cold War utiliza a su pareja protagonista para hablar de un momento dado y su evolución, o en ocasiones parece que simplemente todo este envoltorio esconda una sincera historia de amor que va pasando por tantas transformaciones como la música que disfrutamos, y que según el autor, reproduce la historia de sus padres y por eso se cuenta con mayor verosimilitud y nostalgia.


domingo, 11 de noviembre de 2018

LA BUENA ESPOSA/THE PRIZE****

Título original: The Prize. Director: Bjorn Runge. Guión: Jane Anderson. Basada en la novela The Wife, de Meg Wolitzer. Intérpretes: Glenn Close, Jonathan Pryce, Christian Slater, Max Irons,Annie Stark, Harry Lloyd, Elizabeth McGovern. Producción: Rosalie Swedlin, Meta Louise Foldager, Piers Tempest, Piodor Gustafsson, Claudia Bluemhube. Música: Jocelyn Pook. Fotografía: Ulf Brant°as.País: USA, Suecia, Reino Unido. Año: 2018. Duración: 100 min. Público: Todos.


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Un escritor norteamericano recibe la noticia de que la Academia sueca le ha otorgado el premio Nobel y acude a recibirlo con su esposa. En un matrimonio que parecía haber sobrepasado la fecha de caducidad, en un viaje a Estocolmo se desencadena la crisis. Una grieta se abre en lo que aparentaba ser una de esas relaciones que el tiempo compartido ha convertido en simbióticas, con todas sus pequeñas o no tan pequeñas fisuras. El problema viene de lejos pero tiene que ver con el premio, la pompa y la circunstancia.

               Glenn Close y Jonathan Pryce en La buena esposa


El placer que proporciona esta pequeña película de cámara está en su revelación gradual. Sobre todo porque eso significa fijarse desde muy pronto en el repertorio de gestos, miradas y frases entredichas de la premiada esposa, una Glenn Close resplandeciente. Su rostro anguloso se convierte en un imán, un paisaje que ocupa toda la superficie significante de la pantalla: hay otros actores, y alguno tan bueno como Jonathan Pryce en el papel del escritor premiado, pero incluso su impecable forma de componer un gigante artístico de pies de barro palidece al lado del recital, a la vez contenido y explosivo, que aloja el rostro de Glenn Close. Su papel en La buena esposa, devuelve a las pantallas a la mejor versión de una actriz tan brillante, ácida, provocadora y genial ahora como hace años.

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¿Cuál es la razón para que una mentira se autoalimente durante tantos años? Un equilibrio de miedos a la soledad, a la herida del ego, a la pérdida de paz familiar mantenida durante tiempo y tiempo, pero que sigue siendo una mentira. Y la verdad finalmente se impone y de manera trágica.

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Nadie como Glenn Close merece un Oscar, a pesar de las seis nominaciones recibidas a lo largo de su carrera. "Si miro atrás, en mi carrera abundan los papeles de villanas. Quiero creer que eso aporta naturalidad y realidad a mis personajes. En la vida real, estamos más cerca de ser malos que buenos".



El último papel de esta mujer nacida en Conneticut hace 71 años es buen ejemplo. No tanto de maldad como de inmensidad, dolor contenido e identidad postergada. La buena esposa, de Björn Runge, cuenta la historia de una mujer sacrificada de forma voluntaria a la mayor gloria de su marido aparentemente, pero hay más: la mentira construida y mantenida. El día que éste recibe el Premio Nobel de Literatura, la cinta se detiene a recordar una relación de años: una vida entera. Y así aprendemos que él no sería nada sin ella, y ella sería mucho más sin él. "Sinceramente", dice, "sigo sin tener claro que, pese a todo lo avanzado, el ego masculino esté preparado aún para soportar el éxito de la compañera".

La película se abre, a contracorriente, con una escena de amor. Se trata de una secuencia graciosa, algo ridícula y, sobre todo, disfrutona. Sin complejos y sin nada más que añadir que el placer de la naturalidad. Dos personas mayores se aman.

Glenn Close presume de un historial, donde la maldad conoce todo tipo de grados, posturas y corrientes de opinión. Fue vicepresidenta de Estados Unidos en Air force one con la misma convicción que viuda pasiva agresiva en Las amistades peligrosas, asesina de perros en 101 dálmatas u hombre (sí, hombre) en Albert Nobbs. Y así hasta encarnar al icono de los iconos: su papel en Atracción fatal. Y aquí, por cumplir con el ritual, conviene detenerse. Entre un final y otro, no sólo media la diferencia que va de una enferma mental y una malvada psicópata, sino que queda retratada (para mal) la sociedad entera.

Ahora la veremos magnífica en su papel de buena esposa, concentrando en su actuación las mejores cualidades de una buenísima actriz.

martes, 18 de septiembre de 2018

EL ESCÁNDALO TED KENNEDY****


Título original: Chappaquiddick. Director: John Curran. Guión: Taylor Allen, Andrew Logan. Intérpretes: Jason Clarke, Kate Mara, Bruce Dern, Ed Helms, Jim Gaffigan, Taylor Nichols, John Fiore, Andria Blackman, Tamara Hickey. Productora: Apex Entertainment. Música: Adam Wiltzie Fotografía: Maryse Alberti. País: EE.UU. Duración: 107 min. Público: Todos.


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De la presión y ambición paterna no sale necesariamente un buen hombre ni mucho menos un buen político. Nuestro tiempo tiene una necesidad visceral de autenticidad y de integridad porque nos hemos acostumbrado a la mentira. El Kennedy llamado a alcanzar la presidencia de los Estados Unidos vio cómo todo se desmoronaba tras un accidente lleno de sospechas. Ahora se estrena una película sobre el misterioso caso, sin aclarar todavía.


Ted era el último Kennedy. Su hermano John (JFK) había sido asesinado en 1963 en pleno mandato y Bob corrió la misma desgracia en 1968, 80 días después de anunciar su carrera a la presidencia. Ted, el pequeño de nueve hermanos, era ahora la nueva obsesión de la sociedad americana, que veía a los Kennedy como lo más parecido que tendría jamás a una familia real. JFK ya lo había anunciado con convicción profética en 1957: “Yo me metí en política porque Joe [el hermano mayor] murió [durante la Segunda Guerra Mundial]. Si algo me ocurriera a mí mi hermano Bobby emprendería su carrera política. Y si Bobby muriese Teddy le tomaría el relevo”.

ted kennedy

El 79 % de los estadounidenses respaldaba su futuro presidencial y el presidente Nixon se obsesionó con cronometrar sus apariciones en televisión y ponerle detectives. Pero el 18 de julio de 1969 un suceso tan fortuito, y tan supuestamente apolítico como un accidente de coche con un muerto, truncó para siempre su futuro como presidente.

Ese día, 12 personas (6 mujeres y 6 hombres) se reunieron para un fin de semana informal en la isla de Chappaquiddick (Massachusetts), todos integrantes del séquito del senador Ted Kennedy, ellas profesionales que habían trabajado en sus campañas electorales. Tras parar a comer almejas fritas, Kennedy y su ayudante Crimmins abastecieron la cabaña con tres botellas de vodka, cuatro de whisky escocés, dos de ron y un par de packs de cervezas.

Los actores Jason Clarke y Kate Mara dan vida a Ted Kennedy y Mary Jo Kopechne en la película 'El escándalo Ted Kennedy', de John Curran.
Los actores Jason Clarke y Kate Mara dan vida a Ted Kennedy y Mary Jo Kopechne en la película 'El escándalo Ted Kennedy', de John Curran

Después de la fiesta salió junto a una de las asistentes, Mary Jo Kopechne, para alcanzar el ferry de vuelta y tuvo un accidente con el fallecimiento de Mary Jo. En el juicio, Kennedy anunció cómo se declaraba. “¿Puede repetirlo?”, solicitó el alguacil. “Culpable”, confirmó en voz alta. Culpable de abandonar la escena del accidente. Los asistentes se removieron. El juez suspendió la sentencia al considerar que Kennedy ya había sufrido mayores consecuencias punitivas que las que el tribunal podría imponerle. Tras diez minutos de declaración, el caso quedó cerrado. Pero a lo largo de su carrera política siempre estuvo el episodio no esclarecido de Chappaquiddick y el manejo de la opinión pública.

  Mary Jo Kopechne

El trato de favor que rodea a un político ya conocido, senador y con carrera prometedora desde el minuto 1 de lo sucedido. Los aforamientos, los paréntesis, las inconsistencias y contradicciones en las declaraciones, las salvedades y las maquinarias de protección cuando hay que asumir algo mal hecho que puede cambiarte la vida. La presión paterna, la construcción y de-construcción propia, la pregunta final sobre si soy o no íntegro, o todo es parafernalia. La hora de la verdad.

«Creo que sus grandes expectativas de convertirse en presidente le hicieron entrar en pánico y simplemente quería irse a casa, meterse en la cama, esfumarse y que alguien se lo solucionase. Otra parte de él, sin embargo, sabía que no estaba bien mentalmente, que su carrera había acabado, que estaba en shock. Pero no se le podía defender de ninguna manera: si estaba en shock, si estaba todavía estaba ebrio y sabía lo que hacía... no importa realmente. Lo que importa es que su primer instinto fue salvarse a sí mismo y no a la otra persona», concluye John Curran, director de El escándalo Ted Kennedy. Para pensar.

Un submarinista inspecciona el automóvil ocho horas después de que se hundiera con el senador Kennedy al volante y la joven Mary Jo Kopechne, de 28 años, que murió en el accidente.

Un submarinista inspecciona el automóvil ocho horas después de que se hundiera con el senador Kennedy al volante y la joven Mary Jo Kopechne, de 28 años, que murió en el accidente.


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domingo, 5 de agosto de 2018

CINE DE VERANO: TRUTH/CONSPIRACIÓN Y PODER***

Título original: Truth. Director: James Vanderbilt. Guión: James Vanderbilt (sobre la publicación Memorias, de Mary Mapes)Intérpretes: Cate Blanchett, Robert Redford, Dennis Quaid, Topher Graid, Elizabeth Moss, Bruce Greenwood. Producción: Sony Pictures / RatPac Entertainment / Echo Lake Entertainment / Mythology Entertainment. Fotografía: Mandy Walker. Música: Brian Tyler. País: EE.UU. Año: 2015. Duración:126 min. Público: Todos.




James Vanderbilt, guionista de “Zodiac” (2007), apuesta para su debut como director por este relato protagonizado por Cate Blanchett y Robert Redford. La película se centra en la turbulenta investigación periodística de la cadena CBS sobre el servicio militar del expresidente de EE.UU. George W. Bush (los llamados Memogates o Rathergates).

El célebre presentador de televisión Dan Rather renunció a su cargo en noviembre de 2004, dos meses después de que el canal reconociera haber sido víctima de un engaño al dar por auténticos unos documentos que sostenían que el joven Bush recibió un trato especial durante su etapa en la Guardia Nacional Aérea de Texas. Se aseguraba que Bush había incumplido el requisito de someterse a exámenes médicos periódicos para pilotos del cuerpo.

    Cate Blanchet (Mary Maples) y Robert Redford (Dan Rather)

Rather, que divulgó el informe en su programa “60 Minutes Wednesday” en plena campaña electoral, reconoció haber “cometido un error de juicio”. Vanderbilt se interesó por primera vez en el material cuando leyó un extracto del libro en la revista Vanity Fair. Luego compró la obra de Mapes y se enamoró de la historia.

“Quise dirigir esta película porque me fascina el periodismo y porque me sorprendió descubrir lo poco que sabía realmente sobre el asunto. Había mucho material desconocido a pesar de que la historia estaba en todas partes cuando estalló”, indicó Vanderbilt.



El cineasta acabó el guion del filme en 2007 pero abandonó sus planes temporalmente tras comprobar que, en plena crisis económica, no era el momento adecuado para encontrar financiación.

“El título (“Verdad” en español), lógicamente, es irónico”, manifestó Vanderbilt en la presentación de la cinta en Los Ángeles (California). “Todos intentamos alcanzar la verdad y no es fácil; al contrario, es esquiva y llegar a ella puede ser peligroso. Pero merece la pena luchar. Nosotros no tenemos la verdad. No pretendemos demostrar unos hechos, sino provocar un debate. Hemos intentando presentar diferentes argumentos y contar una historia interesante y emotiva”, dijo el cineasta.

La cinta, que nos remite a All the President’s Men (sobre el Watergate de Nixon y con Robert Redford como uno de los periodistas que realizaron la investigación) y The Insider, se basa en el libro Truth and Duty, escrito por Mary Mapes, la mítica e irreductible periodista de CBS que destapó los abusos en la prisión iraquí de Abu Ghraib y que fue productora del programa de Rather.


El escándalo arruinó la carrera de Rather, amenazó los resultados de la elección presidencial de 2004 y acabó prácticamente con el equipo de noticias de la CBS. Se trata de un caso real que pone sobre al mesa en la era de la "posverdad" y de las "fake news" hasta donde hay que llegar para defender la verdad a pesar de las presiones, vengan de donde vengan.


miércoles, 25 de julio de 2018

EN TIEMPOS DE LUZ MENGUANTE***

Título original: In Zeiten des abnehmenden Lichts. Director: Matti Geschonneck. Guión: Wolfgang Kohlhaase (Novela: Eugen Ruge) Intérpretes: Bruno Ganz, Evgenia Dodina, Hildegard Schmahl, Angela Winkler. Producción: MOOVIE the art of entertainment. Música: Fotografía: Hannes Hubach. País: Alemania. Año: 2017. Duración: 100 min. Público: Adultos.




Berlín, capital de la República Democrática Alemana, 1989: las hojas amarillas y los árboles muertos se convierten en claros símbolos de un sistema que era muy prometedor pero que se desintegraba ante nuestros propios ojos. El resplandor de la utopía comunista que se desvanece, poco antes de la caída del Muro de Berlín. Un sistema está muriendo, un matrimonio está muriendo. Una familia se está rompiendo.

Wilhelm (Bruno Ganz) un alto mando del Partido Comunista en la República Democrática Alemana celebra su 90 cumpleaños rodeado de familia, vecinos y antiguos compañeros del partido. Un Bruno Ganz como siempre magnífico, ahora un lider alemán comunista y no un Hitler hundido. Todo el mundo entrega flores y da discursos como si nada fuera mal en el mundo exterior, pero es otoño de 1989 y todo está cambiando. Hasta qué punto fue una muerte en vida ese régimen exhausto y laminante de las libertades nos lo cuentan sus protagonistas: "En este siglo, ya no habrá más grandes ideas", sentencia Kurt, el hijo adoptivo de Wilheim; o la gran clave "Podemos comer patatas, pero si no tenemos ideas, ¿qué hacemos?" afirma un desesperado Sasha, nieto de Wilheim.


 
Kurt, el hijo de Wilhelm, no se atreve a decirle ahora a su padre que su nieto Sascha, su ojito derecho, acaba de desertar a Alemania Occidental. Y ha elegido precisamente la celebración del 90 cumpleaños.

Esta saga familiar se centra en tres generaciones de una familia de la República Democrática Alemana: los abuelos, comunistas acérrimos que participan en la construcción de la nueva república; su hijo, huido de joven a Moscú y más tarde deportado a un campo siberiano, quien inicia su viaje en el extremo opuesto, los Urales, para volver, junto con su mujer rusa, a una república de pequeños burgueses en cuya transformabilidad sigue creyendo; y, por último, el nieto, que se pasa al Oeste. Medio siglo de historia vivida, una novela llena de drama y simbolismo sobre Alemania llena de sorprendentes giros y detalles, grande por su madurez humana, su precisión y su humor. 

          
          Magnífico y corrosivo Bruno Ganz

El director y su veterano guionista, Wolfgang Kohlhaase, concentran toda la trama en la celebración del 90 cumpleaños de Wilhelm. Así, el filme adquiere un regusto teatral que no desprende el libro, por otro lado la primera novela de un autor con una larga experiencia como dramaturgo. La pérdida en la película de los pasajes sobre el pasado y el futuro de los personajes se compensa con un aumento de la carga metafórica de todos los elementos que se congregan en esa fiesta en torno al patriarca estalinista, que vive su otoño vital e ideológico mientras el sistema que contribuyó a construir se desmorona a su alrededor.



Interesantes aunque muy lacerantes los análisis entre líneas de las frustraciones de las mujeres en un sistema en que, a pesar de promocionar la igualdad entre hombres y mujeres más que cualquier otro, todavía perviven las rutinas y lugares comunes machistas; las contradicciones de unos dirigentes comunistas que creen que tutear (o no) a la sirvienta elimina tal condición; las esperanzas perdidas por el camino de la Revolución; las frustraciones íntimas que superan a las políticas, y hasta qué punto las dinámicas del oportunismo y la autoconstrucción de una imagen pública favorecedora funcionan como acaparadoras de poder en cualquier sistema político.



miércoles, 18 de julio de 2018

HANNAH**

Título original: Hannah. Director: Andrea Pallaoro. Guión: Andrea Pallaoro, Orlando Tirado. Intérpretes: Charlotte Rampling,André Wilms, Stephanie Van Vybe, Simon Bisshop, Jean-Michel Balthazar, Fatou Traoré, Luca Avallone. Producción: Fotografía: Chayse Irvin. Música: Michelino Bisceglia. País: Italia. Año: Duración: 95 min. 

 

Retrato íntimo y psicológico de una mujer, Hannah (Charlotte Rampling), que se tambalea entre la realidad y el rechazo tras quedarse sola después de que su marido sea encarcelado.

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Casi al mirar de cerca las horas, los minutos, los días de esta mujer nos recuerda a la estética de Kaurismaki, esa lucidez, los silencios, la herida, la soledad, el tiempo.

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El papel fue construído par ella. "Charlotte Rampling no actúa, se convierte en el personaje", así resume el director italiano Andrea Pallaoro su último filme, "Hannah". 

"Hannah es Charlotte Rampling, no actúa, es Hannah, se convierte en el personaje, y además es una actriz que no se detiene hasta encontrar la autenticidad del personaje". Confiesa Pallaoro que "colaborar con una persona con tanto coraje y dedicación ha sido una de las experiencias más grandes de mi vida".

La gran aportación de Rampling al personaje es "esa capacidad de dar mucho y al mismo tiempo mantener su intimidad al límite", señala el cineasta. Con escasos diálogos, la película evoca ese mundo interior de Hannah a partir de una ambientación sonora naturalista, se escuchan los relojes, la televisión de fondo, las pisadas, el agua de la piscina. "No son los sonidos típicos de una película, sino que el sonido que escucha el espectador es el mismo que oye el personaje".Relata 
"la descomposición de una mujer", asegura Pallaoro, para quien Hannah es "una mujer que no puede reconciliar el pasado con el presente, que está perdida, sometida a la soledad, la alienación y que, aunque quiere hacerlo, le resulta imposible conectar".

sábado, 14 de julio de 2018

TODO EL DINERO DEL MUNDO***


Título original: All the money in the world. Director: Ridley Scott. Guión: Intérpretes: Michelle Williams, Christopher Plummer, Mark Walhberg, Charlie Plummer, Andrea Piedimonte Bodini.

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Son las tres de la madrugada del 10 de julio de 1973, en plena noche del verano romano, John Paul Getty III fue secuestrado por un grupo de delincuentes que rápidamente se lo lleva con los ojos vendados desde la capital italiana hasta el pueblo pesquero de Seminara, en el sur del país. Pidieron 17 millones de dólares por la entrega del chico de 16 años y el destinatario de tan alta petición (unos 94 millones de dólares en la actualidad) fue su abuelo, el millonario petrolero J. Paul Getty, aquél que descubrió petróleo en Arabia Saudí antes de que existiera la OLP.
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                    John Paul Getty III es liberado

Considerado en ese momento por la revista Fortune como el hombre más rico del planeta, el dueño de la Getty Oil Company se transformó rápidamente en un villano. Su relación y concepto del dinero entronca con algo más profundo en su biografía, y es demostrar que era capaz de serlo. No sólo no aceptó pagar los 17 millones que le pidieron los mafiosos italianos, sino que regateó y regateó el precio de la vida de su nieto durante cinco meses, desde el 10 de julio hasta el 15 de diciembre, cuando John Paul Getty III fue encontrado vivo en una estación gasolinera de Lauria, en la región sureña de Basilicata. Le faltaba una oreja.

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El veterano y carismático actor Christopher Plummer como John Paul Getty

En la película Todo el dinero del mundo, se cuenta esta historia, pero también se describen todos los claroscuros de una familia hundida por la avaricia de su patriarca, por la frialdad proyectada hacia los suyos y sólo parcialmente iluminada por la honestidad y el coraje de Gail Harris, la madre de John Paul Getty III.

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Michelle Williams es Gail Harris, la madre de John Paul Getty III. Junto a Mark Walhberg y Andrea Piedimonte Bodini

En la producción dirigida por el británico Ridley Scott (Prometeo, Blade Runner) los roles centrales están a cargo de Michelle Williams como Gail Harris, Charlie Plummer como John Paul Getty y Christopher Plummer como J. Paul Getty. La película, que venía con una promoción moderada hasta hace unos meses, hizo noticia por un hecho inaudito: en apenas nueve días a principios de noviembre, el veterano Christopher Plummer filmó todas las escenas que antes había interpretado Kevin Spacey como Getty. La razón: las acusaciones de acoso sexual contra Spacey, el realizador Ridley Scott y los productores decidieron reemplazarlo y, de paso, darle vida a una producción que de lo contrario habría entrado en la tierra del olvido y el oprobio.

Se sabe que Scott hizo cerca de 400 tomas nuevas en Gran Bretaña e Italia, los países donde se mueve el multimillonario del petróleo. De cierta manera, el prolífico cineasta inglés (este año también estrenó Alien: Covenant) ya tenía experiencias con cambios de última hora. En el 2000 debió filmar muchas escenas de Gladiador por segunda vez tras la muerte del actor Oliver Reed durante el rodaje. Con 80 años, el director de Alien, el octavo pasajero (1979) parece trabajar contra reloj: el cambio de Spacey por Plummer hizo que una película virtualmente sin posibilidades de nada (no por su calidad, sino por el caso de Spacey) obtuviera tres nominaciones a los Globos de Oro y una al Oscar, justamente a Mejor Actor Secundario por el trabajo de Plummer. En la trama, el actor canadiense de 88 años da vida en forma brillante a quien dijo que no quería pagar los 17 millones de dólares de rescate pues sería una señal de debilidad y un aliciente para que secuestraran a sus 14 otros nietos. Frío en su trato y excesivo en su pasión por el coleccionismo de arte, Getty se hizo conocido además porque en los mismos meses en que su nieto era prisionero de la mafia calabresa aumentaban sus ganancias sin límite.


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John Paul Getty real (1973) con sus nietos

domingo, 15 de abril de 2018

THE POST, DE STEVEN SPIELBERG****

La película The Post muestra la historia detrás de la publicación de los documentos del Pentágono sobre los avances del Ejército estadounidense en la Guerra de Vietnam y cómo los Gobiernos de Estados Unidos (EE.UU.) mintieron sistemáticamente sobre el supuesto progreso de sus tropas en suelo vietnamita, sin importarles enviar sistemáticamente a soldados allá.

La cinta dirigida por el estadounidense Steven Spielberg y nominada al Oscar por mejor película y mejor actriz, narra la historia de la directora ejecutiva del periódico The Washington Post,(entonces un diario pequeño, casi local) Kay Graham (Meryl Streep), quien decidió publicar los documentos tras entender que no hacerlo significaba someterse a los designios del Gobierno estadounidense.
La película evidencia la manipulación del gobierno de EE.UU. sobre la industria de la comunicación y el manejo de la información en favor de sus intereses."La prensa debe servir a los gobernados no a los gobernantes", esta fué la máxima de Kay Graham, que inspiró su acción valiente, arriesgando su empresa familiar, su dinero...y consiguiendo sacar a flote con independencia la profesión periodística. Una lección hoy también, en la era de la posverdad.
A la izquierda, la Kay Graham real, y a la derecha la magnífica interpretación de Meryl Streep en The Post

El 2 de marzo de 1971, cuando el expresidente Richard Nixon cumplía dos años en el poder,  el oficial Daniel Ellsberg le reveló al periodista de guerra en Vietnam, Neil Sheehan, un estudio elaborado por el Departamento de Defensa de EE.UU. sobre la evolución de la guerra en Vietnam bajo los Gobiernos de Dwight D. Eisenhower (1953- 1961), John F. Kennedy (1961- 1963) y Lyndon B. Johnson (1963- 1969), que mostraba cómo estos presidentes ocultaron al país que la guerra era un fraude y que el conflicto era utilizado para los intereses políticos y electorales, guión que Nixon seguía (y que se agravaría con sus prácticas fraudulentas de escucha de los medios y de las campañas electorales del contrario en el Watergate). 
Aunque el periódico The New York Times, competencia directa del Post, publicó algunos de los documentos, Nixon logró una orden del Tribunal Federal para suspender la publicación de más información.
El director del Post, Ben Bradlee, interpretado por Tom Hanks, consiguió una copia de los documentos mientras duraba la suspensión. En ese momento, Kay Graham decidió publicar los documentos arriesgando la venta de acciones inminente que había organizado para impulsar el crecimiento del Post, que en esa época era un pequeño periódico familiar, y desafiando el fallo judicial, asumiendo un riesgo entendiendo desde dentro el oficio y sacrificando amistades y esquivando presiones.
Ben Bradlee (Tom Hanks) y su equipo en plena esfervescencia de la redacción de última hora
"No publicar la información cuando la teníamos era como no salvar a un hombre que se estuviera ahogando o como no decir la verdad", dijo Bradlee en sus memorias.
"Nos preocupaba cada vez más la libertad de prensa y la actitud autoritaria de la Casa Blanca que pensaba que sólo el Gobierno debía determinar qué debía saber el pueblo", dijo Graham en su libro autobiográfico Personal History (Una historia personal).
Pateando el terreno, en los pasillos de la redacción de The Post, Kay Graham y Ben Bradley
Es una gran película, que además descubre la forja de una líder, conocedora de su negocio y de su misión, en una época donde era muy difícil ver a mujeres en su posición.

domingo, 18 de marzo de 2018


CAMPEONES***

Director: Javier Fesser. Guión: David Marqués. Intérpretes: Javier Gutiérrez, Athenea Mata, Juan Margallo, Luisa Gavassa, Daniel Freire y Jesús Vidal, y un grupo de actores debutantes con discapacidad intelectual: Sergio Olmo, Julio Fernández, Jesús Lago, José de Luna, Fran Fuentes, Gloria Ramos, Alberto Nieto Fernández, Roberto Chinchilla y Stefan López. Producción: Pendelton y Morena Films con la participación de Movistar+ y TVE. País: España. Duración: Público: Todos. 



Campeones relata las vivencias de un entrenador profesional de baloncesto que acaba en un equipo compuesto por personas con discapacidad intelectual. El protagonista es el actor Javier Gutiérrez, que interpreta a Marco, un entrenador profesional de baloncesto en medio de una crisis personal. Un día, en pleno partido de Liga, todas sus frustraciones desembocan en una tremenda bronca que deriva en una borrachera y ésta en un accidente de tráfico que le sienta en el banquillo. La sentencia le llevará a entrenar a un equipo de baloncesto muy especial, formado por personas con discapacidad intelectual, a la vez que pierde su trabajo y se rompe su relación de pareja. De forma sorpresiva para este hombre, él será quien realmente aprenda de su aventura junto a un equipo donde imperan las ganas de vivir y el dar importancia a las cosas que realmente la tienen. 



Marco es el segundo entrenador de un equipo de baloncesto de la primera división española. Tiene problemas en el trabajo, con su pareja y con casi todo lo que le rodea. Inadaptado, irascible, descontento con todo. Es, más que nada, una cuestión de actitud frente a la vida. La sentencia le llevará a entrenar a un equipo de baloncesto muy especial, formado por personas con discapacidad intelectual, a la vez que pierde su trabajo y se rompe su relación de pareja. De forma sorpresiva para el propio Marco, él será quien realmente aprenda de su aventura junto a un equipo donde imperan las ganas de vivir y el dar importancia a las cosas que realmente la tienen.
Una de las tesis de Fesser en la película es formulada así: “Quien se considere libre de toda discapacidad, que tire la primera piedra”. Una historia llena de ternura y humor en la que el director aborda el mundo de las personas con discapacidad intelectual con la misma sinceridad y naturalidad con la que ellos afrontan sus vidas. Detrás de este relato, Campeones es una comedia muy seria que busca luchar contra los prejuicios. Lo que comienza como un castigo se acaba convirtiendo en una lección de vida.



Sus diez actores protagonistas fueron interpretados por personas con discapacidad intelectual real, de manera libre, lo que dota al proyecto de un componente de verdad imprescindible que llama a la empatía e invita a abordar el compromiso por la integración de las personas con discapacidad en el mundo del cine. 

El director de El Milagro de P. Tinto, Mortadelo y Filemón contra Jimmy el cachondo, ganador de seis premios Goya y nominado a los premios Oscar de la Academia de Hollywood, dirige en esta ocasión una comedia en la que priman los sentimientos, cuyo rodaje transcurrió a lo largo de nueve semanas por diversas localidades de Madrid y alrededores y de la provincia de Huelva. 

Según Fesser, sobre los actores debutantes con discapacidad "su falta generalizada de prejuicios sobre cualquier asunto y su envidiable afición por decir las cosas tal y como las piensan permiten a sus protagonistas transitar por una aventura irremediablemente divertida y humanamente deliciosa". 
Una "mezcla explosiva de humor y ternura". 

A Javier Gutiérrez (La Isla Mínima, El autor) le acompañan un grupo de actores debutantes con discapacidad intelectual: Sergio Olmo, Julio Fernández, Jesús Lago, José de Luna, Fran Fuentes, Gloria Ramos, Alberto Nieto Fernández, Roberto Chinchilla y StefanLópez. Athenea Mata, Juan Margallo, Luisa Gavassa, Daniel Freire y Jesús Vidal completan el reparto.

Aunque la cantidad de cortos y anuncios de Fesser es inabarcable, en pantalla grande se toma las cosas con más calma. ‘El milagro de P. Tinto’ (1998), ‘La gran aventura de Mortadelo y Filemón’ (2003) y ‘Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo’ (2014) forman hasta el momento su corta pero imprescindible filmografía.


viernes, 9 de marzo de 2018

PHANTOM THREAD/EL HILO INVISIBLE****

Título original: Phantom Thread. Director: Paul Thomas Anderson. Guión: Intérpretes: Daniel Day-Lewis, Lesley Manville, Vicky Krieps, Richard Graham. Género: drama. EE UU, 2017. Duración: 130 minutos.



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Londres, años 50. El famoso modisto Reynolds Woodcock (Daniel Day-Lewis) y su hermana Cyril (Lesley Manville) son el centro de la moda británica con más glamour. Una casa seria, conducida por un intocable divo como Woodcock, que viste con su estilo distintivo a la realeza, estrellas de cine y demás damas de la alta sociedad europea. Las mujeres pasan por su vida sin dejar huella, hasta que aparece una bella y temperamental joven llamada Alma (Vicky Krieps), una camarera que se convertirá en su musa y amante. Sin embargo, la perfectamente estructurada vida de Reynolds se verá alterada por la llegada de la joven, y eso es algo que el modisto no había contemplado.

Desde niño se ha acostumbrado a dejar escritos trazos invisibles de su mano en sus confecciones —mensajes que, en sentido literal, están escondidos— muestran que sus vestimentas son más que un lujo: son exclusivas. Son obras de arte, saturadas con la intensidad, complejidad, pasión y la personalidad de su creador. No es por tanto accidental entonces, que el director y guionista Paul Thomas Anderson haya marcado con su monograma su octava película (en inglés se llama Phantom Thread; he ahí la pe y la te). El hilo fantasma escenifica algunos capítulos de la vida y carrera ficticias de Reynolds. Un personaje inquietante, demandante y especial, que requiere la soberbia interpretación de Daniel Day Lewis. Es una película profunda, intensa y extravagantemente personal. 



Reynolds Woodcock (Daniel Day-Lewis) y Alma (Vicky Krieps)



No todas las películas sobre artistas son un autorretrato de su director, aunque El hilo fantasma tiene algunas analogías en cuanto a la profesión de Reynolds con respecto a la de Anderson. El diseñador de prendas, interpretado por Daniel Day-Lewis, vuelve de sus bosquejos un drama que manipula el color y el movimiento de la forma humana para construir un objeto material que también es artificial, idealizado y fantástico; un lujo a partir de un sueño. Lo asisten artesanos disciplinados que cortan y cosen sus ideas para que sean utilizables (buen momento para mencionar que el editor de la película es Dylan Tichenor, Mark Bridges diseñó el vestuario que le ha hecho ganar el Oscar y Anderson fue su propio director de fotografía). Belleza. Sutileza. Hermetismo. Misterio. Psicología enfermiza. Complejos mecanismos de la personalidad. Juego. Barreras. Amor.



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Paul Thomas Anderson, tiene en su haber películas muy perturbadoras como Boogie Nights y Magnolia, retratos complejos, tragicómicos, brutales y piadosos de gente a la deriva, atormentada por su pasado o por su presente, enganchados hasta el paroxismo en nombre de la supervivencia. Autor de propuestas inevitablemente insólitas, un lenguaje visual muy poderoso, que raya en la obstinación y en la obsesiva búsqueda de perfección (no de autenticidad sin embargo).
Resultado de imagen para el hilo invisibleVicky Krieps

Se han querido ver símiles en las elipsis y tormentosas obsesiones entre la metodología en imágenes que utiliza Paul Thomas Anderson y la narrativa literaria de Henry James, e incluso se ha dicho que ha querido hacer su interpretación personal de Rebeca, la película de Hitchcock, que respira el mismo ambiente inquietante que respira con maestría El hilo invisible. Gran película.

domingo, 25 de febrero de 2018


GANAR AL VIENTO ****

Título original: Et les mistrals gagnants. Dirección y guión: Anne-Dauphine Julliand Francia Año: 2016. Duración: 79 min. Género: Documental.

Ganar al viento es un documental protagonizado por cinco niños: Imad, Amber, Charles, Camille y Tugdual. Todos ellos tienen algo en común: han sido diagnosticados con patologías graves. Sin embargo, esta condición no les ha impedido salir adelante y vivir "el ahora", una filosofía de la que echan mano todos los días. De hecho, les ha convertido en personas más maduras y conscientes que el resto de chicos de su edad, pero eso no les ha impedido seguir siendo niños.

Saber describir qué es el sufrimiento y la felicidad les hace sabios, pueden identificar lo verdaderamente importante en la vida. Podríamos nombrarlos los filósofos más lúcidos del planeta. Sus palabras de niño te hieren en lo más íntimo. El filme, conforme transcurren las historias, deja entrever el poder de la vida y la capacidad de recuperación que todo el mundo puede tener. Anne Dauphine Julliand firma esta cinta, una directora que ha sido capaz de que unos niños tan pequeños le abran las puertas de su vida y los haya convertido en unos héroes.


Pero no sólo se describe el presente más inmediato: estos niños viven el presente pero también el sentido y significado de sus cortas vidas. Cinco niños llevan de la mano a sus duras pero felices realidades, pues tienen claro que en cualquier momento la enfermedad puede acabar con sus vidas.



Ellos son conscientes de sus situación, pero más conscientes son de lo que les queda por delante y lo mucho que lo van a disfrutar. En un ejercicio de madurez adelantada a su tiempo, estos niños te trasladarán uno de los mensajes más importantes que recibirás en tu vida: El poder del 'ahora' con profundo sentido.