martes, 5 de octubre de 2021

MI CRÓNICA DE TRES PELÍCULAS DEL FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN #SSIFF69 (3)

BENEDICTION

TERENCE DAVIES, PREMIO DEL JURADO AL MEJOR GUIÓN

Siegfried Sassoon fue un hombre complejo que sobrevivió a los horrores de combatir en la I Guerra Mundial y fue condecorado por su valentía, pero a su regreso se convirtió en un firme crítico de la continuación de la guerra por parte de su gobierno. Su poesía se inspiró en sus traumáticas y desoladoras experiencias en el frente occidental y terminó siendo uno de los principales poetas de guerra de la época. Idolatrado por aristócratas y estrellas del mundo literario y escénico londinense, mantuvo relaciones con varios hombres mientras intentaba aceptar su homosexualidad. Al mismo tiempo, roto por el horror de la guerra, hizo de su viaje vital una búsqueda de la salvación, tratando de hallarla en la conformidad del matrimonio y la religión. Su historia es la de un hombre atribulado en un mundo fracturado que busca la paz y la aceptación de sí mismo, algo tan vigente entonces como en el mundo actual.


La sección oficial de la edición 69 del Festival de Cine de San Sebastián contó con la película de Terence Davies, Benediction, el acercamiento a un personaje contradictorio y escindido, con experiencias traumáticas de la I Guerra Mundial: el poeta Siegfried Sassoon. El tránsito desde el horror del sinsentido, de las trincheras y de las armas mortíferas de la Gran Guerra hasta la conflictiva aceptación -o no- de su homosexualidad. Una perspectiva complicada de plasmar, con idas y venidas en el tiempo,fragmentos de la memoria del escritor y la voz de su poesía herida.

Davies exige una comprensión del ritmo de los versos del poeta con su lucha por acabar con una guerra inflamada por intereses políticos y alargada en exceso, junto con la vivencia de su angustia. Demasiadas pretensiones en una película larga y compleja como el propio personaje. 

La sociedad londinense de entre guerras es magníficamente retratada, con su superficialidad y su indiferencia ante los verdaderos problemas frente a la fachada que obsesivamente busca mantenerse incólume.


MI CRÓNICA DE TRES PELÍCULAS DEL FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN #SSIFF69 (2)

AS IN HEAVEN

CONCHA DE PLATA A MEJOR DIRECTORA

CONCHA DE PLATA A MEJOR ACTRIZ PROTAGONISTA EX A EQUO CON JESSICA CHASTAIN

FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN 2021

Un día, a finales del siglo XIX, la vida de Lise, de 14 años, cambia para siempre. Es la mayor de sus hermanos, la primera de su familia en ir a la escuela y está llena de esperanza y confianza en la vida. Pero cuando su madre se pone de parto, pronto algo parece ir mal. A medida que cae la noche y el parto avanza, Lise comienza a comprender que el día que comenzó siendo una niña podría terminar con ella convertida en la mujer de la casa.


“Para todas nuestras madres y nuestras hijas”, ése es el lema con el que cierra su espléndida película la directora danesa Tea Lindeburg, interpretada con emotividad y contención por Flora Ofelia Hofmann. De nuevo el cine danés lo ha vuelto a hacer. Impresionante lección del séptimo arte con una fotografía sobrecogedora de Marcel Zyskind.

Signos en el cielo, premoniciones. Religiosidad y atavismo. Un relato sobre el brusco paso a la vida adulta de una adolescente, la fragilidad de la vida, el viraje del rumbo que parecía prometedor.

Lise desarrolla su vida en la Dinamarca rural del S. XIX, con su dureza, su belleza, su sabiduría y su ignorancia. Vivimos su retrato y el de su familia numerosa, la relación con sus hermanos pequeños, el pie casi puesto en su futuro inmediato, a punto de marchar a estudiar fuera de su aldea. Su madre, su abuela. Su padre, el ayudante huérfano de la finca donde se ha criado junto a su familia.

Merece la pena este relato al que no se le ahorra crudeza envuelto en una sublimidad y belleza magníficas. Para no perdérsela.



sábado, 2 de octubre de 2021

MI CRÓNICA DE TRES PELÍCULAS DEL FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN #SSIFF69 (1)

MAIXABEL

PREMIO IRIZAR AL CINE VASCO, FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN 2021

Maixabel Lasa pierde en el año 2000 a su marido, Juan María Jáuregui, asesinado por ETA. Once años más tarde, recibe una petición insólita: uno de los hombres que lo mataron ha pedido entrevistarse con ella en la cárcel de Nanclares de la Oca en Álava, en la que cumple condena tras haber roto sus lazos con la banda terrorista de manera pública y por escrito. A pesar de las dudas y del inmenso dolor, Maixabel Lasa accede a encontrarse cara a cara con las personas que acabaron con la vida de quien había sido su compañero desde los 16 años. “Todo el mundo merece una segunda oportunidad”, dice ella cuando le preguntan por las razones para sentarse frente al hombre que mató a su marido. 



Un viaje emocional a lo posible, a pesar de todo.

Gente que piensa y reflexiona a posteriori sobre la maldad de arrebatar con la violencia más despreciable la vida de otros. Gente que hace posible la redención moral de otros a pesar de su dolor o de su rencor. El mundo absolutamente desproporcionado entre el crimen y el perdón, entre la ofensa y el ofendido. La incapacidad para entender lo que significa perdonar y ser perdonado, acto exclusivamente propiedad de los humanos y de Dios.

Hasta aquí y sin contexto, los mimbres que tejen la sutilidad de Maixabel, de Iciar Bollaín. Junto a esto, en pleno siglo XXI, política, relato, memoria de las víctimas, manipulación de los hechos y del contexto. Y polémica, lugares comunes visitados por unos y otros, razones y sinrazones. Pero Iciar Bollaín transita otro lugar más desnudo y sencillo, verosímil a pesar de la herida, incurable, hacia adentro.

Para esta película, Tosar (un autor de una veracidad y sensibilidad increíbles) conoció a Ibon Etxezarreta, cuyo alias es "Potxolo', uno de los autores del asesinato de Juan María Jáuregui, con idea de prepararse mejor su papel para el filme. Comentó entonces: "experimentamos una especie de reconocimiento en el otro. Pensamos (…) podíamos estar intercambiados si tú hubieras nacido donde yo nací. Ideológicamente estábamos situados en un lugar muy parejo", señaló. Preguntado si creía que él podía haber acabado en ETA de haber nacido en el País Vasco, afirmó: "quizás sí. O no. Depende de muchos factores, el entorno puede mucho pero también hay una intención, está en ti". Esta película sobre la capacidad de perdonar, de la redención, del proceso de paz y de que todo esto se pueda curar, que no es fácil de digerir ni por un lado, ni por el otro. «No nos cruzábamos en el rodaje hasta ese punto, el del encuentro. Fue el momento más impresionante que he vivido rodando algo en mi vida. El estado de tensión que se creaba en el tiempo sabiendo que eso era el núcleo de toda la película se respiraba desde el principio…». Al margen de la polémica de los lugares comunes y de la extrañeza farisaica, su encuentro fue una experiencia fuerte. Y es real.

«No dormí la noche anterior a la primera vez que nos encontramos, estaba aterrorizado porque no sabía qué tipo de persona me iba a encontrar. Me encontré con alguien que, seguramente, no tenía nada que ver con la del año 2000, una persona que ha sabido dar la vuelta a su vida, capaz de arrepentirse, de pedir perdón y de empezar un nuevo camino prestando su ayuda, con la intención de que nuestros hijos y nietos no tengan que vivir algo así». Sobre la viuda: “Admiro mucho a Maixabel por lo que ha hecho, creo que ha tenido una humanidad casi inabarcable, pero no sé si yo podría hacerlo, sinceramente». “Lo terrible es cuando llega el momento en el que te das cuenta del error cometido y del dolor que has provocado".

Gran parte del éxito de la película la tiene el guión firmado por Isa Campos, la fotografía de Javier Agirre y la música de Alberto Iglesias. Una película que corta la respiración, emociona y obtuvo en su primer pase aplausos durante 8 minutos seguidos sin parar. Necesitamos salir llorando, de la sala K1 del Kursaal a ver el mar, grisáceo pero calmo de esa mañana de septiembre en San Sebastián. Chapeau por plantear el tema, chapeau por las interpretaciones de Blanca Portillo y Luis Tosar. Y Chapeau por Urko Olazabal y ese momento contenido y doliente: “Y ahora, todo el bien que pueda hacer, lo haré”. 

No se habla de otros casos, se habla de este caso. Y se habla con delicadeza, sin frivolizar y con el temblor de estar cerca de los límites humanos y de la barbarie. Y de que el perdón es posible.