martes, 29 de septiembre de 2015

YO, ÉL Y RAQUEL****

Título original: Me and Earl and The Dying Girl. Director: Alfonso Gómez-Rejón. Guión:  Jesse Andrews. Reparto: Thomas Mann, Olivia Cooke, RJ Cyler, Nick Offerman, Molly Shannon, Jon Bernthal, Connie Britton. Productora: Fox Searchlight Pictures / Indian Paintbrush. Música: Brian Eno, Nico Muhly. Fotografía: Chung-hoon Chung. Montaje: David Trachtenberg. País: EE.UU. Duración: 105 min. Género: Drama. Público: Todos.

Greg Gaines (Thomas Mann) es un estudiante algo torpe que lo único que quiere es pasar desapercibido a toda costa en su último año de instituto. Evita las interacciones sociales como la peste, como forma de atravesar con seguridad ese terreno minado que es la vida social de un adolescente y sólo pasa su tiempo rehaciendo versiones extravagantes de películas clásicas con su único amigo, Earl (RJ Cyler). Tiene su peculiar modo de ver el mundo y es muy refrescante y auténtico.



Su madre, con toda la buena intención del mundo, interviene y obliga a Greg a que se haga amigo de Rachel, una compañera de clase a la que le han diagnosticado leucemia. Acaban por hacerse inseparables, pero cuando la enfermedad de Rachel se complica, el mundo que había construido Greg se tambalea y nada vuelve a ser como antes. Una historia agridulce, 
divertida y conmovedora, con la brillantez y creatividad de la adolescencia.


La idea que se le ocurre es tan disparatadamente anti-individualista como al alcance de la mano: lograr que se lo pase bien, trabajar la verdadera amistad; aunque solo sea haciendo lo que ha hecho toda su vida: cuasi-películas. En nuestro mundo aprender el camino de lo desinteresado es necesario y  acuciante. Sorprende y divierte esta gran historia, positiva y estimulante.

En la edición 31 del Festival de Cine de Sundance la película se alzó con el Premio del Jurado y el Premio de la Audiencia; también se acaba de presentar en el 63 Festival de Cine de San Sebastián, en la Sección Perlas.



Alfonso Gómez Rejón comenzó como ayudante personal de Martin Scorsese, Nora Ephron, Robert de Niro y Alejandro González Iñarritu y fue director de segunda unidad en, entre otras,Babel (2006) y Argo (2012). Su trabajo como director y coproductor ejecutivo de la tercera temporada de la serie American Horror Story (2013) fue reconocido con dos candidaturas a los Emmy. Su primer largometraje, The Town that Dreaded Sundown, figuró en varias listas de las diez mejores películas de terror de 2014.  (Los diarios de Carrie, Amerian Horror Story, Glee) y protagonizada por Thomas Mann (Hansel y Gretel: Cazadores de Brujas, Project X); Olivia Cooke (Ouija); RJ Cyler; Nick Offerman (Fargo, Infiltrados en la universidad); Connie Britton (Ahí os quedáis); Molly Shannon (Life After Beth) y Jon Bernthal (Corazones de acero).

domingo, 27 de septiembre de 2015

SPARROWS, DE RÚNARSSON GANA LA CONCHA DE ORO EN EL 63 FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

Pobres gorriones, en manos de adultos devastados. O, como abría con frase lapidaria Igmar Bergman en la película Infiel “nada marca más a un ser humano que un divorcio”. La falta de comunicación, la violencia, las relaciones entre progenitores y su prole y la adolescencia ha sido una constante en el Festival de San Sebastián #63SSIFF.



Sparrows, es un auténtico drama evitable, lo mires por donde lo mires. En la dureza de una vida sin noche, en medio de un paisaje de belleza extrema, al noroeste de Islandia, transcurre esta película. Su protagonista es un adolescente que se ve obligado a volver a vivir con su padre, un hombre alcohólico, en la remota región de los fiordos occidentales, en Islandia, tras marcharse su madre –con la que vivía tras el divorcio de sus padres- con otra pareja a Somalia. Con una banda sonora de Sigur Rós, que termina por conseguir una atmósfera opresora y depresiva en espacios abiertos. “En esa zona de Islandia, a unos doscientos kilómetros de Groenlandia, la falta de luz en invierno hace que la gente beba más de la cuenta, y en verano, por la falta de oscuridad, también”, explicó el realizador el día de la presentación de su drama. Pero es que Rúnarsson retrata cargando las tintas a una panda de adultos? Que parecen emergidos del Paleolítico inferior, haciendo de su vida un despropósito, y –lo peor- teniendo menores a su cargo como único referente inmediato.

                              Atli Óskar Fjalarsson

Pero lo peor, es que en Islandia  “uno de cada cuatro hombres y una de cada seis mujeres van a Alcohólicos Anónimos", apunta Rúnarsson, que asegura que todo lo que cuenta es “la pura realidad, de hecho está basada en experiencias propias”. Ketamina y violaciones en una isla aparentemente idílica. Escenas explícitas de sexo violento. Qué desolación, pobres gorriones en manos de esos adultos, sin referentes para su vida. Y aún así, deben salir adelante. Deben rebelarse contra esa devastación nihilista.



Se trata de la segunda película de Rúnar Rúnarsson, que llegó a los Oscar con un corto en 2004. Éste drama paterno filial, tierno en su protagonista, cruel en su realidad de alcohol y drogas para escapar del aburrimiento vital del solsticio de verano y de la soledad de los fiordos, y a vidas sin trascendencia alguna, sin horizontes de superación y apertura a los demás, ha emocionado al jurado presidido por la actriz danesa Paprika Steen, de entre una quincena de películas con un nivel medio bastante regular.


Rúnarsson ha ido de festival en festival en su carrera. Con su primer trabajo, ‘Volcano’, participó en la Quincena de Realizadores de Cannes en 2011 Y ganó la Camera d'Or. Con el segundo, Concha de Oro..¿Y cómo acabó la 63ª edición? Pues más o menos como Sparrows. Al menos, como la definía su director: “No queríamos un final feliz porque la vida no es así, siempre hay sombras a la vuelta de la esquina". Demasiada oscuridad, demasiada mediocridad.

SPARROWS**
Director: Rúnar Rúnarsson. Guión: Rúnar Rúnarsson. Intérpretes: Atli Óskar Fjalarsson, Ingvar E. Sigurðsson, Kristbjörg Kjeld, Rade Šerbedžija. Producción: Nimbus Film. Fotografía: Sophia Olsson. Montaje: Jacob Schulsinger. Música: Sigur Ros, Kjartan Sveinsson. Duración: 99 min. País: Dinamarca-Croacia-Islandia. Público: Adultos

jueves, 24 de septiembre de 2015

AMAMA*****


Título original: Amama. Director: Asier Altuna Iza. Guión: Asier Altuna Iza con la colaboración de Telmo Esnal y Michel Gaztambide. Intérpretes: Kandido Uranga, Iraia Elias, Amparo Badiola, Klara Badiola, Ander Lipus, Manu Uranga, Nagore Aranburu. Producción: Txintxua Films. Fotografía: Javier Agirre Erauso. Música: Javi P3Z y Mursego. Montaje: Laurent Dufreche. País: España: Duración: 103 min.


"Hace 80 amamas vivíamos en cuevas”, una frase del escritor y escultor Jorge de Oteiza en su libro-defensa de la cultura vasca Quousque tandem…!. Una cita que el cineasta Asier Altuna recoge en una frase clave de Amama (abuela en euskera), segunda película rodada en euskera (la primera fue el año pasado, Loreak, esa delicada historia mínima)  que compite por la Concha de Oro en el 63 Festival de San Sebastián y que cuenta con la participación de TVE.

El caserío representa un mundo antiguo, una forma de vida, sabiduría y valores, que se desvanece ante nuestros ojos. El caserío es familia, un clan que tiene sus raíces en lo más hondo del conocimiento heredado por siglos. Esta familia –en el caso que retrata Asier Altuna- es el lugar donde chocan dos mundos, donde se rompe el cordón entre padres e hijos. Porque no sólo es diferente la forma de ganarte la vida, sino la manera de cómo te colocas en el mundo. Tomás -interpretado por Kandido Uranga- está colocado como el centro del mundo, el caserío le ofrece espiritualidad y poder. Para él no hay nada más ahí fuera. Pero la hija, Amaia Iraia Elías), ve que es un sinsentido seguir así. No quiere romper con todo pero sí representa la ruptura. Un choque entre tradición y modernidad que el cineasta ha considerado en el Festival de Cine de San Sebastián «una lucha real» que se da actualmente.


Los hijos de Tomás e Isabel experimentan el conflicto entre el mundo antiguo y el nuevo. Cómo vivir en la ciudad sin dar la espalda al caserío, cómo liberarse del caserío sin romper la cadena de conocimiento, cómo elegir su camino sin traicionar a sus antepasados. Amaia, hace frente a esos dos mundos que habitan en ella a través del arte. Para encontrar su camino debe salir del caserío, enfrentarse a su padre, provocar heridas y romper el vínculo. Sólo podrá avanzar si encuentra el modo de convivir con la herencia de sus predecesores. Entre tanto, la abuela observa a todos. Como si su mirada diera sentido a esa mutación, un mundo que se acaba y otro que parece surgir. 

Esta elegía con tintes de realismo mágico y de autobiografía, es la propuesta del director,  “nací y viví en un caserío hasta que a los 18 años me vine a Donostia. En el País Vasco es muy fácil estar entre la ciudad y el bosque: todo está muy cerca”, dice Altuna. “Siempre he tenido la inquietud de querer contar esa historia, hacer un homenaje a un mundo que se acaba". Amama es la crónica de la desintegración de un caserío familiar cuando los tres hijos  (simbolizados en el bosque  pintados de rojo, blanco, negro, como las obras de Ibarrola) lo abandonan para vivir en la ciudad y, especialmente el padre, se resiste a aceptar que los tiempos han cambiado. En la fricción entre lo urbano y rural, lo masculino y femenino, discurre Amama, narrada desde la una poesía contenida.


Una regla del caserío que hasta anteayer se aplicaba era que jamás se dividía entre los hijos: uno de ellos debía heredarlo. “Era un ley sagrada que ya está en decadencia, pero ha funcionado”. Altuna espera, sin embargo, que algo de esa sabiduría ancestral se filtre desde “la Euskadi de caseríos a la de los rascacielos”. Una filosofía de apego a la tierra que rescata el personaje del hermano mediano: “Si quieres ser feliz un día, emborráchate; si quiere ser feliz una semana, haz un viaje, si quieres ser feliz un año, cásate. Pero si quieres ser feliz toda la vida, cultiva un huerto”.

Y sobre el lenguaje estético, tan plástico de la película afirma Altuna: “destacaría la atmósfera. Hay una cosa que recuerdo mucho de mi infancia que es a mi abuela en la cocina, callada. Y siempre o bien yo, o mi primo, que es pintor plástico, retratándola”.  La historia ha sido filmada durante siete semanas no correlativas para captar el paso de las estaciones en los bosques de Aldatz (Navarra) y Artikutza. Amama narra una historia que se nutre de las experiencias del cineasta, que ha pintado una 'amama' como la que recuerda de niño: «Sentada en la cocina, siempre callada, pero siempre ahí». Una figura familiar poderosa que da nombre a la película y que «inmediatamente despierta la idea de transmisión. La madre de la madre».

En la gran pantalla la amama es Amparo Badiola, una actriz debutante a sus más de ochenta años que el director encontró por casualidad. «Llevaba tres meses buscando a una mujer elegante, bella y fuerte. Y un día vi a Amparo sentada en una cafetería. Me atreví a comentarle si estaría dispuesta a participar en una película porque ella era lo que necesitaba. Creyó que era un loco. Pero la convencí y le hice una prueba de cámara al día siguiente. Entonces descubrí esa mirada... parecía que hubiera hecho cine toda la vida. Ha sido un placer y una suerte trabajar con ella».

                     Amparo Badiola es Amama

Narrativa a través de imágenes y silencios. La pérdida, la ruptura, las raíces, el final de algo. Es precisamente lo que aborda el filme, y lo hace de forma clara y valiente. Sin concesiones. «Me había fijado en un montón de películas de temática rural y la amenaza de esa forma de vida siempre viene de fuera. Yo creo que es la propia vida la que nos lleva a un futuro distinto. El caserío como ha sido durante siglos, durante generaciones, ha cambiado.


Kandido Uranga, en el papel de padre rudo y seco afirma que al final Amama “es un canto al amor. Más allá del odio, de las miradas, de los reproches... todos los conflictos están basados en el amor, que es el que acaba triunfando». «Cómo de estar en esa posición tan dura y violenta da el paso a usar las manos con mucha sensibilidad y consigue transmitir lo que de otra manera es incapaz. Esto viene de un poema de Kermen Uribe en el que en cuatro palabras describía eso, como un señor tan recio, tan poderoso, es capaz de aflorar sensibilidad”.

Asier Altuna, tras el éxito de su primer cortometraje, Txotx (1997), codirigido por Telmo Esnal, ha realizado varios cortometrajes más, así como series de televisión y publicidad. En 2005, dirige junto a Esnal su primer largometraje,Aupa Etxebeste!, con el que gana el Premio de la Juventud en el Festival de San Sebastián y una nominación al Goya a la Mejor Dirección Novel. En 2008 funda con Marian Fernández la productora Txintxua Films, con la que ha producido varios cortometrajes y el largometraje documental Bertsolari (2011).

miércoles, 23 de septiembre de 2015

CON LA CABEZA ALTA***

Título original: La tête haute. Director: Emmanuelle Bercot. Guión: Emmanuelle Bercot y Marcia Romano. Intérpretes: Catherine Deneuve, Rod Paradot, Benoit Magimel, Sara Forestier, Diane Rouxel, Elizabeth Mazev, Anne Suarez, Christophe Meynet, Martin Loizillon, Lucie Parchemal. Productora: Fotografía: Guillaume Schiffman. Música: País: Francia. Duración: 120 min. Género: Drama. Público: Adultos.



Tras ser abandonado por su madre, el joven Malony (Rod Paradot) lleva desde que tenía 6 años entrando y saliendo del juzgado de menores, siendo expulsado del instituto, y de los correccionales por los que pasa. No tiene padre, es hijo de una mujer que lo quiere pero que es una irresponsable que, además, tiene otro hijo menor, se droga y apenas tiene tiempo para dedicarle. El matrimonio formado por Florence (Catherine Deneuve), instructora de menores a punto de jubilarse, y Yann (Benoit Magimel) , maestro que también tuvo una infancia difícil, adoptará al joven de 15 años para reformar su comportamiento. Por ello, Malony es enviado a un estricto centro educativo, donde conoce a Tess, una adolescente muy especial que le mostrará razones para cambiar.

Malony acaba inmerso en hechos violentos que lo llevan a la cárcel. La deficiente atención y dedicación familiar han hecho de este chico un "hijo de la ira"; el joven ha vivido sin la más mínima disciplina, esclavo de sus vaivenes y caprichos, incapaz de querer a nadie, con absoluta despreocupación por las consecuencias de sus actos.. Y eso a pesar de la encomiable labor de personas entrañables, como la instructora Gladys, que se entrega por completo para sacar al muchacho de semejante abismo.

              Rod Paradot y Benoit Magimel en La cabeza alta
Dura y de un dramatismo en ocasiones exacerbado, esta descripción del mundo de los niños de acogida y de los tremendos problemas a los que se enfrentan los instructores de menores, profesión mal retribuida y menos considerada. Con la cabeza alta ha recibido con toda justicia los parabienes de la crítica desde que se presentó en el Festival de Cannes inaugurando la sección oficial.
La directora Emmanuelle Bercot, autora de cuatro películas de las que solo se ha visto en España El viaje de Bettie, se ha ocupado más veces de los problemas de la infancia y de la adolescencia que tanto te marcan como persona de por vida. Ahora certifica algo que debe reconocerse: el trabajo de acopio de material: textos, prensa, documentales y reportajes, consiguiendo que su película se convierta en un producto minucioso que arroja luz sobre todo el itinerario vital que sufren estos niños y, a la vez conmueve con el hondo drama que retrata con vivísimas imágenes. Es imposible no acordarse de Los 400 golpes,obra autobiográfica de François Truffaut.
                   Catherine Deneuve es instructora de menores
La buena y convincente labor del actor Rod Paradot, protagonista de solo 15 años, es decisiva. La falta de cariño y de amor de unos pequeños que viven en un ambiente desolador, están perfectamente definidos y justifican por completo la agresividad, la violencia y la permanente ira que sienten. El proceso de dejarse salvar de sí mismo no es fácil, tal y como se afirma en la película: "La educación es un derecho fundamental. Debe ser asumido por la familia y, si no funciona, le corresponde a la sociedad asumirlo". 

martes, 22 de septiembre de 2015

OUR LITTLE SISTER/UMIMACHI DIARY/NUESTRA HERMANA PEQUEÑA, DE HIROKAZU KOREEDA*****
PREMIO DEL PÚBLICO EN EL 63 FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN 

Director: Hirokazu Koreeda. Guión: Hirokazu Koreeda. Intérpretes: Haruka Ayase, Masami Nagasawa, Kaho, Suzu Hirose. Productora: Gaga Films. Fotografía: Mikiya Takimoto. Música: Yoko Kanno. País: Japón: Duración: 128 min.


Esta película si que es la Perla del 63 Festival de San Sebastián. De nuevo la delicadeza, belleza y poesía visual de Koreeda (Soshite chichi ni naru /De tal padre, tal hijo, 2013, Kiseki/Milagro 2011), que elige el Festival de San Sebastián para presentar sus películas, historias sobre vínculos emocionales.






Tres hermanas, Sachi, Yoshino y Chika comparten casa en la ciudad de Kamakura. Cuando muere su padre, al que no han visto en 15 años, las tres viajan al campo para asistir al entierro y conocen a Suzu, su tímida hermanastra adolescente. No tardarán en encariñarse con ella y la invitan a vivir en la ciudad. Así empieza una nueva vida de alegrías y descubrimientos para las cuatro.


En dos horas de metraje que se te hacen cortas, Kore-Eda te sumerge en el pequeño gran mundo de cuatro hermanas, que han tenido que crecer cuidándose entre ellas, madurando muy rápidamente y juzgando el mundo adulto. Las conversaciones desvelan heridas, lazos que se rompen y que se crean para ser más fuertes, el sentido del perdón, de la vida y de la muerte, del amor y de las tradiciones.



Koreeda ha retratado un universo femenino y masculino donde se recupera el respeto , donde existen prioridades y donde la dignidad empieza por uno mismo. La belleza natural, la vida cotidiana y las relaciones, tratadas con un acercamiento cálido, hacen que recuperemos la confianza en el ser humano.

Hirokazu Koreeda rodó en 1995 su primera película, Maboroshi no hikari, Osella de Oro en Venecia. Wandafuru Raifu (1998), se estrenó en más de 30 países. Distance (2001) fue seleccionada por el Festival de Cannes, que en 2004 premió al protagonista de su siguiente título, Daremo shiranai (Nadie sabe). Ha competido en Sección Oficial de San Sebastián con Wandafuru raifu (After Life, 1998), Hana yori mo naho (Hana, 2006), Aruitemo, aruitemo (Still Walking, 2008) y Kiseki-Milagro (2011), que ganó el premio al Mejor Guión. Soshite chichi ni Naru (De tal padre, tal hijo, 2013) ganó el Premio del Jurado en Cannes y el del Público en San Sebastián.
SICARIO****

Después de su estreno en el festival de Cannes, Sicario llega al 63 Festival de San Sebastián, en la Sección Perlas. En la zona fronteriza sin ley que se extiende entre Estados Unidos y Mexico, Kate Mercer (Emily Blunt), una idealista agente del FBI, es reclutada por Matt Graver (Josh Brolin), un oficial de las fuerzas de élite gubernamentales, para ayudar en la creciente guerra contra las drogas. Liderado por Alejandro (Benicio del Toro), un enigmático consultor con un pasado oscuro, el equipo se embarca en un viaje clandestino que obligará a Kate a cuestionarse todo aquello en lo que cree si quiere sobrevivir.



En México, "sicario" significa asesino a sueldo. Villeneuve propone una reflexión sobre las fronteras en la lucha contra el crimen y el narcotráfico: los procedimientos, las estrategias, las concesiones, la clandestinidad y falta de transparencia para acabar con una lacra donde la ilegalidad forma parte del abecedario.

              Emily Blunt, agente del FBI en Sicario

Un gran Benicio del Toro, inquietante y duro, frente a la sinceridad, valentía e ingenuidad de Emily Blunt; una historia más sobre el terror y la impunidad de los cárteles de droga que asola México (entre otros países).

                   Emily Blunt, Josh Brolin y Benicio del Toro

Una película de ritmo estudiado desde la primera secuencia, bien armada, un acierto en el género. Una denuncia sobre los métodos en todas las direcciones del problema y de los agentes protagonistas.

Denis Villeneuve debutó con Un 32 août sur terre (1998), proyectada en la Sección Oficial de Cannes. Maelström (2000) ganó el premio FIPRESCI en la Berlinale 2001. Polytechnique (2009) se estrenó en la Quincena de Realizadores de Cannes y ganó el premio de la Asociación de Críticos de Cine de Toronto a la Mejor Película Canadiense. Incendies (2010) fue nominado al Oscar a la Mejor Película en Lengua Extranjera en 2011. Volvió a los Oscars con Prisoners (2013), nominada a la Mejor Fotografía. Su penúltimo film, Enemy (2013), se presentó en la Sección Oficial de San Sebastián.

sábado, 19 de septiembre de 2015

SUNSET SONG

Director: Terence Davies. Guión: Terence Davies. Intérpretes: 
Agyness Deyn, Peter Mullan, Kevin Guthrie. Productora: Hurricane Films, Iris Productions. Música: Gast Waltzing. Fotografía: Michael McDonough. País: Reino Unido-Luxemburgo. Duración: 135 min.

                   Agyness Deyn en Sunset Song

Basada en el clásico de la novela escrito por Lewis Grassic Gibbon en 1932, la película transcurre a comienzos del siglo XX en una comunidad rural escocesa donde una familia vive reprimida por el mandato autoritario de un violento padre, y donde una joven, Chris, está dejando de ser una niña, tratando de encontrar el amor con el inquietante Ewan, mientras su familia se enfrenta a la tragedia, todo ello durante una época de agitación y malestar social. Y entonces llega la Primera Guerra Mundial.

Una historia contada con una belleza plástica increíble, de narrativa reposada al estilo del cine de John Ford (El hombre tranquilo, 1952, Qué verde era mi valle, 1941), y que cuenta la lucha contra las adversidades y el paso del tiempo de una mujer, Chris (interpretada por la modelo que hace primera incursión en el cine Agyness Deyn).



Hay ciertos clichés asociados a la vida rural escocesa, ligados al cristianismo, que hoy nos resultan rechazables: tener tantos hijos como Dios mande (haciendo equivaler esto a la irresponsabilidad e inmadurez de juicio de los padres cristianos, sin matices y siempre), la autoridad violenta, la brutalidad y posesión con respecto a la mujer por parte del hombre..., etc, etc. Contar historias sin recurrir a los lugares comunes es algo que deberíamos exigir a los cineastas: contar nuevas historias, contarlas con menos metraje, mejorando la capacidad de síntesis y de elipsis sin dejar de describir, contarlas con mejores actores...

                   Agyness Deyn y Peter Mullan, en Sunset Song

La filmografía de Terence Davies (Liverpool, 1945) incluye títulos tan relevantes como Distant Voices, Still Lives (Voces distantes, 1988), que ganó el Leopardo de Oro en Locarno, The Long Day Closes (El largo día acaba, 1992), que compitió en Cannes, House of Mirth (La casa de la alegría, 2000), Of Time and the City(2008) o The Deep Blue Sea (2011), que compitió en la sección oficial del Festival de San Sebastián, donde se le dedicó una retrospectiva en su 56 edición (2008).
TRUMAN, DE CESC GAY
ARRASA CON 5 GOYAS (2016)
RICARDO DARIN Y JAVIER CÁMARA CONCHAS DE PLATA EX AEQUO A MEJOR ACTOR EN 63 FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN 
CRÓNICA DE LA 63 EDICIÓN DEL FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN


Director: Cesc Gay. Guión: Cesc Gay, Tomàs Aragay. Intérpretes: Ricardo Darin, Javier Cámara, Dolores Fonzi. Productora:Imposible Film, BD Films. Fotografía: Andreu RebésMúsica: Nico Cota. País: España-Argentina. Duración: 108 min. 



Julián (Ricardo Darin) recibe la visita inesperada de su amigo Tomás Javier Cámara), que vive en Canadá. Los dos amigos, junto a Truman, su perro fiel, compartirán, a lo largo de cuatro intensos días, momentos emotivos y sorprendentes provocados por la difícil situación de Julián.


                 Javier Cámara y Ricardo Darin en Truman.

La primera lectura de Cesc Gay me parece de enhorabuena: humor en torno a la muerte, el dinero, la amistad, el amor, la vida. La segunda lectura sencillamente no la comparto, pero le felicito por poner sobre el tapete la vida misma, con dos personajes que lo bordan porque son ellos mismos, la sencillez y naturalidad en persona; la falta de afectación, la sinceridad.

Cómo afrontar una enfermedad grave en el momento de saber que es irreversible. Qué es la amistad. Qué es el coraje de vivir hasta el final, qué es querer. Todo ésto, en nuestro mundo nihilista, supone encontrarse con los hilos que uno piensa que nadie sostiene, pero que están ahí. Poner fecha a la muerte es pensar que estamos a la deriva desde que venimos a este mundo, y que por lo tanto qué más da antes que luego.




Cesc Gay (Barcelona, 1967) es un director y guionista que destaca por su profunda mirada sobre los personajes que retrata. Una mirada caracterizada por su ironía y su sentido del humor cuando constata las debilidades de los seres humanos. Estudió Cine en Barcelona y Nueva York, donde codirigió junto con Daniel Gimelberg su primer largometraje, Hotel Room (1998), que se presentó en la sección Zabaltegi del Festival de San Sebastián. Desde entonces ha dirigido Krámpack (2000), En la ciudad (2003), que compitió en la Sección Oficial del Zinemaldia, Ficció (2006) y Una pistola en cada mano (2012).
REGRESIÓN, LA ÚLTIMA DE AMENÁBAR



Título original: Regression. Director: Alejandro Amenábar. Intérpretes: Ethan Hawke, Emma Watson, David Thewlis, Lothaire Bluteau, Dale Dickey, David Dencik Peter MacNeill, Devon Bostick, Aaron Ashmore. Productora: Telecinco Cinema/Himenóptero. 
Fotografía: Daniel Aranyó. Música: Roque Baños. País: España. Duración: 106 min.

Película que ha inaugurado la 63 edición del Festival de Cine de San Sebastián, el universo inquietante es el que le interesa a Amenábar; lo que es y no lo parece y lo que parece y no es realmente. De nuevo, una snuff movie.





Minnesota, 1990. El detective Bruce Kenner (Ethan Hawke) investiga el caso de Angela (Enma Watson), que acusa a su padre, John Gray (David Dencik), de cometer un crimen inconfesable. Cuando John, de forma inesperada y sin recordar nada de lo sucedido, admite su culpa, el reconocido psicólogo Dr. Raines (David Thewlis) se incorpora al caso para ayudarle a revivir sus recuerdos reprimidos a través de la técnica discutida de la regresión de la memoria. Lo que descubren desenmascara una siniestra conspiración, vinculada a una secta satánica.


El método Amenábar para acercarse al thriller psicológico o al terror, sigue siendo certero, dotado de una fotografía sobrecogedora, y de unos recursos hábilmente manejados por la cámara, a través de los planos, el travelling..., esta vez se coloca en el lugar de la subjetividad, de las obsesiones, del eco que generan en el interior de los personajes sus propios miedos. El ambiente, la América profunda: la religiosidad observante y asfixiante, el puritanismo, las leyendas urbanas, la credulidad sin razonabilidad.   



                    Ethan Hawke y Emma Watson en Regression

La expectación que generan las películas de Amenábar, con tantos éxitos a su espaldas, le hace flaco favor a la realidad, porque esta última película resulta "enlatada"; desde el principio conocemos de forma forzada, a los implicados en las acusaciones, lo que irradia un clima de artificio demasiado notable, y que en alguna secuencia raya en la ironía mal planteada. 


Incluso los recursos gráficos (carteles, portadas de libros) resultan demasiado pacatos; al final la tesis envuelta en una película con muchos (demasiados errores) es: creer que el demonio existe es un engaño, puesto que se trata de ridiculizar hasta el absurdo o zanjar la cuestión pensando que todo es pura sugestión, o algo meramente artificial y ficción creada por nuestra imaginación ligada a atavismos, a la culpa por los propios errores, etc. 


Alejandro Amenábar debutó en el largometraje con Tesis (1996), que ganó siete premios Goya, incluido el de Mejor Película. Su segundo film, Abre los ojos(1997) se estrenó a escala internacional y tuvo un remake americano, Vanilla Sky(2001). Los otros (2001), protagonizada por Nicole Kidman, fue su primera película en inglés. Seleccionada por el Festival de Venecia, obtuvo gran éxito a nivel internacional. Mar adentro (2004) ganó el Oscar a la Mejor Película en Lengua no Inglesa además de otros 60 premios internacionales. En 2009 estrenó Agora, seleccionada por el Festival de Cannes.


lunes, 7 de septiembre de 2015

MANDARINAS/Mandariinid****

En 1990, estalla la guerra en una provincia georgiana que busca la independencia. Ivo, un estonio, decide quedarse, a diferencia del resto de sus compatriotas, para ayudar a su amigo Margus con la cosecha de mandarinas. Al comenzar el conflicto, en un flanco del Cáucaso, durante la guerra de 1992 en Abjazia, un mercenario checheno a sueldo de los independentistas y un georgiano del bando contrario caen heridos delante de su casa, e Ivo se ve obligado a cuidar de ellos, aunque sabe que se odian entre sí.


Ivo vive tiempos de guerra entre el conflicto de chechenos y georgianos, mientras continúa tranquilamente su trabajo en el campo recogiendo mandarinas con su amigo Margus. Él prepara las cajas de madera y ambos esperan poder vender la cosecha antes de que se estropee. En pleno trabajo estalla una pequeña guerrilla absurda, intermitente y devastadora, en la que mueren varios hombres.

                   Lembit Ulfsak es Ivo, Elmo Nüganen es Margus

Nominada al globo de oro 2014 como mejor película de habla no inglesa aunque la crítica se volcó con la sobrevalorada Ida. Mandariinid, una cinta "made in Estonia" llega al alma y se clava en el corazón desde el primer momento. Tanto su historia como las actuaciones brillan y sobrecogen en una cinta que ni siquiera llega a la hora y media.

La personalidad de Ivo, ese hombre que guarda una sospechosa mezcla física entre  Michael Haneke y Christopher Lee, que recibe el piropo de los soldados "lamento que los hombres como tú envejezcan", demuestra que en plena guerra hay gente capaz de mediar y usar el raciocinio. Los conflictos que se crean entre los dos enemigos, la paciencia, el humor y la bondad de Ivo, junto a las promesas de palabra, con honor, son algunos de los puntos que nos harán vibrar en todo momento. Y es que la cinta guarda un halo continuo de suspense por averiguar cuál será la siguiente reacción de los personajes y hasta donde estarán dispuestos a llegar, ya que ambos han prometido la muerte del otro, respetando a Ivo y su casa. El camino a la paz se inicia en el abandono del cinismo y la desconfianza. La película es magistral en la mezcla de tensión/distensión; furia/razón; sencillez/profundidad; crudeza/poesía; brillantez y cordura. Un canto de humanidad por encima de reduccionismos, la sensatez de saber y de vivir sabiendo que ser hombre está muy por encima de los nacionalismos bélicos. El perdón se aprende cuando se ha pasado por sufrimiento indecible.

                            Lembit Ulfsak

Mandariinid es una cinta que no decae en un solo momento, porque está delicadamente tratada, en los silencios, en la luz, en los encuadres; al igual que esa mezcla agria y dulce de las mandarinas, equilibrio perfecto de sabor. La personalidad de Ivo es tan sumamente sublime, que dentro de la tristeza de la soledad y de vivir entre dos tierras, no le falta el sentido del humor. Si Ivo no tuviera esa forma de ver la vida, ni él ni su compañero Margus podrían haber aguantado. Hablan de la guerra como una de cítricos, "una guerra contra mis mandarinas". Magnífico el momento en el que se deshacen del vehículo enemigo y al tirarlo por un barranco, uno de ellos dice que esperaba una explosión, como en el cine, a lo que Ivo responde: "El cine es un engaño".

                             Misha Meskhi es Niko


La evolución de los personajes, hallando la humanidad cada uno aún en tierra hostil, los grandes diálogos, las escenas bien trabajadas entre la pausa y la tensión; el enigma que oculta Ivo, junto a la banda sonora de Niaz Diasamidze terminan de hacer el resto creando una ambientación perfecta en lo que será una cinta difícil de olvidar. 
                          Giorgi Nakashidze es Ahmed

MANDARINAS/Mandariinid****
Título original: Mandariinid. Director: Zaza Urushadze. Guión: Zaza Urushadze. Intérpretes: Lembit Ulfsak , Elmo Nüganen , Giorgi Nakashidze , Misha Meskhi. Producción: Coproducción Estonia-Georgia; Allfilm / Georgian Film. Fotografía: Rein Kotov Música: Niaz Diasamidze. País: Estonia. Año: 2013. Duración: 83 min.