lunes, 24 de octubre de 2022

Queso de cabra y tÉ con sal

Muy Buena.

Crítica

Todos los públicos.

El subtítulo de esta gran película es “una historia de Mongolia”. Un breve cuento de hoy en un lugar recóndito donde la supervivencia es vista a través de los ojos de un niño, con una fotografía que sobrecoge, y donde los ecos del documental tan premiado “La pesadilla de Darwin” (2004) de Hubbert Sauper, están presentes.




En una provincia en medio de la estepa mongola, Amra, de 11 años, vive una vida nómada tradicional con su madre Zaya, su padre Erdene y su hermana pequeña Altaa. Mientras Zaya cuida del rebaño de cabras, Erdene trabaja como mecánico y vende el queso casero de Zaya en el mercado local. Su pacífica rutina se ve amenazada por la invasión de empresas mineras internacionales, que excavan en busca de oro y devastan el hábitat natural, además de olvidar que la riqueza local pertenece a su comunidad y no a su depredador extranjero. Erdene es el líder de los últimos nómadas que se oponen a ellas, y trata de unirse y convencer a sus compañeros de que no acepten las indemnizaciones que las empresas han ofrecido.

Amra está creciendo en la estepa de Mongolia entre la vida de pastor y videos de YouTube. Sus esperanzas y sueños giran en torno a actuar algún día en el escenario en "Mongolia's Got Talent". Sin embargo, la lucha contra la explotación por parte de las empresas mineras de oro y la campaña por un entorno viable pronto desafiarán los eclécticos talentos del niño.

El hilo de la historia es la letra de una canción tradicional mongola, curiosamente un hilo de oro.

Magnífico retrato familiar, de la vida sencilla, de las convicciones firmes, de la huella y de la ausencia. De la iniciación de un niño de golpe en la vida adulta, y de sus fortalezas.

 

Trailer: https://www.youtube.com/watch?v=hwWetSTeB-A

domingo, 16 de octubre de 2022

UTAMA

Muy Buena.

Crítica

Todos los públicos.

 

Utama significa “nuestro hogar” en aymara. En el altiplano boliviano, una pareja de ancianos quechuas lleva años viviendo la misma vida cotidiana. Una vida de trabajo pastoreando llamas, sembrando, recolectando. Juntos.



El sonido de los silencios. La respiración. La soledad de los páramos. La quietud. El agua y su ausencia. El simbolismo del cóndor cuando se siente desfallecido. Una poética a escala humana.

Recuerda a las películas contemplativas como Dersu Urzala, donde los silencios, las miradas y la naturaleza hablan a su modo, pero con una honestidad y una profundidad sobrecogedoras.

Durante una sequía inusualmente larga, Virginio y su esposa Sisa se enfrentan a un dilema: resistir o ser derrotados por el entorno y el propio tiempo. El problema de los lugares vaciados, provocando la huida a las ciudades, a su pesar. Un retrato de resiliencia, de búsqueda, de creencias ancestrales.

La gravedad del cambio climático, los extremos que provocamos y la necesidad del cuidado de la casa común, la casa de todos. Un mix entre western, fotografía de Loayza y las inmensidades desoladas de Sebastiao Salgado. Pero con la fuerza de la América del realismo mágico, de los silbidos del viento en los páramos, donde vive gente.

Los Loayza, Santiago, Marcos y Alejandro, a la búsqueda del proyecto Planeta Bolivia dieron con este lugar, estas gentes, esta historia. En el municipio de Santiago de Chuvica, que ya no quedará silenciado. Consciencia y conciencia. Historia de amor y de presencia. Y de ausencias.

Un sentimiento de agradecimiento y de dignidad nos une cuando ves estas imágenes de Loayza, que ya ha triunfado en la última edición de Sundance.

Trailer: https://www.youtube.com/watch?v=Sd06g_F-UFw