viernes, 26 de diciembre de 2014

INVENCIBLE/UNBROKEN****
“Quien lucha sin descanso, triunfa”. Ésta es una de las máximas de la increíble vida de Louis Zamperini, atleta olímpico y héroe de guerra fallecido recientemente  a los 97 años, contada por Angelina Jolie.
Invencible da comienzo narrando la historia de un chaval, Louie, hijo de emigrantes italianos en EE.UU. en busca del sueño americano, pero a quien le duele ser  tachado de “spaguetti” y criticado desde su infancia, y que tuvo una adolescencia complicada, rebelde y de delincuente. Fue el deporte el que le abrió las puertas a superarse a sí mismo como meta en la vida. El papel de su hermano mayor es fundamental en su cambio de tercio: «Si entrenas y luchas más que los demás, ganarás. Si eres capaz de soportarlo, podrás conseguirlo. Puedes hacerlo, solo tienes que creer en ello. Papá cree, mamá cree, yo también». El mensaje caló en Louis Zamperini, que nunca se rindió a pesar de las dificultades y que inspira «Unbroken», una nueva película que está liderada por el actor protagonista, Jack O'Connell, y que es la segunda de Angelina Jolie como directora, quien ha realizado un trabajo muy interesante detrás de las cámaras, con guión en el que han participado los hermanos Coen, interveniendo como correctores de lujo.



La historia sintetiza lo que fue una vida increíble, casi demasiado llena de momentos críticos como para resultar creíble. Pero lo que se cuenta ocurrió. Zamperini, fallecido el pasado 3 de julio a los 97 años, en 1936  con tan solo 19 años participó en los Juegos Olímpicos de Berlín, donde compitió con el equipo de Estados Unidos en la categoría de los 5.000 metros, combatió en la Segunda Guerra Mundial en 1943, donde sufrió un accidente de aviación con otros dos soldados, sobrevivió mes y medio en el mar, a la deriva, acabó en manos de los japoneses y sufrió de dos años de torturas y vejaciones. Una existencia tan larga como azarosa, con final feliz (regresó a Estados Unidos tras su cautiverio y retomó su vida), que fascinó a la directora:  «Será difícil hacer una película digna de este gran hombre. Es un honor tener la oportunidad de intentarlo y no escatimaré esfuerzos para llevar a la gran pantalla la inspiradora vida de Louis».

Felicidades para Angelina Jolie filmando las escenas de los bombardeos desde el aire que te hacen sentirte literalmente junto a ellos y dentro del caza americano. El uso de primeros planos arriesgados le funciona y muy bien.

Luigi Zamperini, (Jack O'Connell) en pleno ataque desde el bombardero


«Unbroken», basada en el best-seller «Invencible», de la escritora Laura Hillenbrand publicado en 2010, relata algo que parece inverosímil pero refleja las posibilidades grandiosas del ser humano: «Louie siempré perseveró y triunfó, y pasó la mayor parte de su vida compartiendo el mensaje de que tú puedes hacer lo mismo. Esperamos el estreno de "Unbroken" con un renovado sentido de responsabilidad a la hora de llevar a la pantalla la extensa vida y el espíritu de Louie». Angelina Jolie, ha sido acusada de «racismo» en Japón por la recreación de las torturas tan extremas y reiteradas -lo único que ocupa demasiado tiempo en la película, lo demás vale la pena y descubre talento en la directora estrenada- por un grupo de nacionalistas japoneses furiosos con su film, hasta el punto de que exigen que se prohíba en el país oriental ante lo que consideran un ejercicio de «racismo». La tortura a los prisioneros de guerra tiene como fin hacer que pierdan lo más sagrado: su dignidad, y la defensa de este tesoro dice mucho en situaciones difíciles de una persona bien dotada psíquica y físicamente y de una fortaleza especial.



«Es pura fabricación», clama Hiromichi Moteki, secretario general de la Sociedad para la Diseminación de Hechos históricos. Niegan, rotundamente, que los prisioneros fueran «golpeados, quemados, acuchillados o apaleados hasta la muerte, tiroteados, decapitados, asesinados durante experimentos médicos o comidos vivos en rituales de canibalismo», como recoge el libro de Laura Hillenbrand que sigue las increíbles peripecias de Zamperini, finalmente un héroe de guerra. Sin embargo, se ha sabido que «hay abundantes testigos y pruebas forenses de canibalismo practicado con los prisioneros y con soldados por parte de japoneses», son las palabras de Mindy Kotler, directora de Asia Policy Point.

Una película épica y real, con gran despliegue técnico que hace necesario tener en cuenta el talento de esta nueva directora.

lunes, 22 de diciembre de 2014

STILL/QUÉDATE CONMIGO***

Still cuenta la historia de un matrimonio de ancianos octogenarios después de 61 años de casados, que han logrado sacar adelante un rancho y a sus siete hijos, y que acaban enfrentándose a las autoridades de New Brunswick, para que les permitan construir la casa en la que pasarán sus últimos días.


Craig (James Cromwell que abandona papeles donde es alguien inquietante y conspirador) e Irene (Geneviève Bujold) viven una vida apacible y feliz en una granja con ganado, madera, y cultivo de fresas. Se conocen y se quieren. Sigue habiendo pasión y complicidad entre ellos. La película nos muestra una pareja cuidando el uno del otro con mutuo amor y apoyo, y una resistencia compartida frente a  las interferencias ajenas caiga quien caiga. Quieren vivir su vida y a su manera juntos hasta el final. Quizá este análisis es el más interesante de la película: cómo se comparte también el declive y la enfermedad inexorable “still devoted, still determinated, still mine” (tal y como subtitula el filme), que nada tiene que ver con la oscarizada propuesta sobre la aguda tragedia existencialista de un matrimonio de ancianos en la misma tesitura, Amour  (Michael Haneke, 2012).

               James Cromwell y Geneviève Bujold en Still

Craig prevé que ya no pueden vivir en su pequeña granja, porque la edad está haciendo estragos en Irene, que empieza a tener síntomas de alzheimer.  Preocupado por su mujer, decide construir una pequeña casita –con sus propias manos- de una sola planta en el terreno rural que ambos tienen para facilitar la vida a Irene. Pero los tiempos cambian y las regulaciones de la vivienda también; la comisión estatal  de vivienda no se lo permitirá a Craig, porque alega que la estructura que quiere construir el anciano no se adecua a los códigos de construcción de la zona. Y  tendrá que enfrentarse a las autoridades locales. Un reparto de veteranos: James Cromwell estuvo nominado al Óscar en 1996 en la categoría de Mejor Actor de Reparto por su papel en Babe y Geneviève Bujold, estuvo nominada en 1970 por su papel protagonista en Ana de los mil díasStill fue presentada oficialmente como proyección especial en el Festival Internacional de Cine de Toronto de 2012, y en los Canadian Screen Awards Cromwell recibió el Premio al Mejor Actor.


Está basada en la historia real de un granjero canadiense que a sus 88 años comenzó a construir una casa de madera para pasar los últimos días junto a su mujer, que padecía alzheimer, debido a que les iban a echar de su granja. Después de tres años, las autoridades locales sometieron a juicio hasta seis veces a este granjero, llamado Craig, e incluso llegaron a amenazar con demoler su granja si el anciano no procedía a descartar la construcción de la casita de madera. Finalmente, un juez decidió que la pareja de ancianos pudiese vivir lo que les quedaba de vida en su granja.

STILL/QUÉDATE CONMIGO***


Director: Michael McGowan. Guión: Michael McGowan. Intérpretes: James CromwellGeneviève BujoldCampbell ScottJulie StewartRick Roberts,George R. RobertsonBarbara GordonJonathan PottsZachary Bennett. Montaje: Roderick Deogrades. Fotografía: Brendan Steacy CSC. Música: Hugh Mars, Don Rooke, Michelle Willis. Duración: 102 min. País: Canadá. Género: Drama. 

jueves, 18 de diciembre de 2014

DIPLOMACIA*****

24 de agosto de 1944. Los aliados se disponen a entrar en París. Poco antes del amanecer, el General Dietrich von Choltitz (Niels Arestrup), gobernador militar alemán, se prepara para ejecutar las órdenes de Hitler de volar la capital francesa, empezando por enclaves especialmente seleccionados. Y, sin embargo, París no se destruye. ¿Por qué razones von Choltitz se niega a llevar a cabo las órdenes del Führer, a pesar de su lealtad sin límites al Tercer Reich? ¿Fue Raoul Nordling (André Dussollier), Cónsul General sueco de París, el que hizo cambiar de opinión al general?




Una obra teatral basada en hechos reales, según el texto de Cyril Gely. Dos personajes, dos formas de entender el poder, guerra de psiques, atmósfera opresiva y un magnífico duelo de palabras, astucia y persuasión frente a un monolito militar que cumple órdenes y su miedo a las represalias directas. Una película sobre el libre albedrío y la conciencia personal irrenunciable. Una película actual, porque son situaciones de 1944 pero que hoy día se repiten en Siria, en Afganistán, en Pakistán...en cualquier lugar del mundo en guerra. Gracias a un general alemán y a un diplomático sueco, París no fue destruida como el resto de grandes capitales europeas.


El General Dietrich von Choltitz (Niels Arestrup) y el Cónsul general sueco (André Dussollier), en Diplomacia


El general nazi ha recibido la orden de Hitler para destruir la ciudad que ha sido modelo para la nueva Berlín, antes de la retirada por la llegada de los aliados. De madrugada aparecerá de entre las alcantarillas y el doble fondo un diplomático sueco, para intentar convencer al general de que detenga esa masacre sin sentido.
El trabajo de ambos actores es un ejemplo de excelencia y perfección, basada en detalles, sutilezas, y gestos apenas perceptibles. Un militar que recibe órdenes, y un diplomático que despliega a la perfección la ironía y el humor, los ademanes (cómo coge el sombrero como para marcharse, más de una vez, de forma impostada, porque no acaba de irse). Como buen diplomático guarda secretos que va mostrando según se desarrolla la conversación y es quien lleva la iniciativa hasta llegar a la médula de las dudas del general alemán.
                          Una copa para relajarse y continuar el debate intelectual
La acción transcurre de madrugada en un gran hotel de París, sede del cuartel general nazi, y puede mascarse la tensión, el miedo, las dudas, el cansancio. El veterano director Schlöndorff logra una de sus mejores películas, con dos grandes actores en duelo. Los diálogos son fluidos y se desarrollan de manera natural, sin saltos, ni quiebros. La propuesta formal de la película Diplomacia recuerda bastante a La huella de Manckiewicz (1972), aunque los diálogos irrebatibles y perfectos entre otros dos personajes totalmente distintos dura casi dos horas. 
La última película del prestigioso ganador del Oscar Volker Schlöndorff (El tambor de hojalata, 1979) fue presentada en el Festival de Berlin 2014, y en la Seminci 2014 – Sección Oficial, donde obtuvo el Premio a Mejor Director (Volker Schlöndorff) y Premio al Mejor Actor (Niels Arestrup). 


DIPLOMACIA*****

Director: Volker Schlöndorff. Guión: Cyril Gely, Volker Schlöndorff. Intérpretes: André Dussollier, Niels Arestrup, Burghart Klaußner, Robert Stadlober, Charlie Nelson, Jean-Marc Roulot, Stefan Wilkening, Thomas Arnold, Lucas Prisor, Attila Borlan. Producción: Marc De Bayser, Frank Le Wita. Fotografía: Michel Amathieu. Música: Jörg Lemberg. Montaje: Virginie Bruant. País / Año: Francia, Alemania/ 2014. Duración: 88 min. Género: Drama. Distribuidora: A Contracorriente

jueves, 11 de diciembre de 2014

MAGIA A LA LUZ DE LA LUNA/MAGIC IN THE MOONLIGHT****


El cinismo de Woody Allen sigue intacto. Esta vez su tesis es –como en otras ocasiones, pero recreando otra atmósfera de divertimento en los felices años 20- la capacidad de sugestión y seducción que posee lo irracional para el ser humano: de la magia, esoterismo y espiritismo; de lo espiritual (en el mismo saco); del amor. Magia a la luz de la luna no sólo invita a recordar hasta qué punto han sido recurrentes en su filmografía las escenas de magia o las irrupciones sobrenaturales, sino que desvela algo importante acerca de esa insistencia temática: para Allen, lo sobrenatural es una mentira necesaria, un placebo para paliar ese silencio de Dios que su cine nunca ha contemplado de manera trágica y existencialista. Lo sobrenatural es sólo el espejismo que anticipa aquella fuerza de la irracionalidad que es, en definitiva, lo único que puede convertir toda vida en algo imprevisible, único e inolvidable: el amor. Osea, valga lo irracional, pero sólo en el amor.



El reconocido hechicero chino Wei Ling Soo es en realidad Stanley Crawford (Colin Firth en registro histriónico pero adorable), un británico que odia a aquellos que afirman poder hacer magia. Animado por un amigo de profesión  de toda la vida, Stanley viajará a una mansión de la Costa Azul donde se aloja la joven vidente norteamericana Sophie Baker (Emma Stone), con el objetivo de poner a una multimillonaria viuda en contacto con su difunto esposo. Cuando el británico conoce a Sophie cree que pronto averiguará todos sus trucos para desenmascarla. Sin embargo, a medida que pasan los días la joven demuestra sus grandes dotes con todo tipo de hazañas. Ante estos sucesos Stanley comenzará a pensar que los poderes de Sophie son ciertos. Y, si eso fuera así, todo en lo que él cree se derrumbaría por completo.

             Emma Stone y Colin Firth en Magic in the Moonlight

Magia a la luz de la luna propone un juego  -del mago de lo lúdico y de las palabras como es Woody Allen- a partir de un sustrato temático en el marco de una comedia romántica en desaceleración melancólica de una screwball comedy. Las dos posiciones en conflicto son una afectada y agresiva racionalidad, incluso triste, encarnada en Stanley Crawford, al modo de Houdini, que ha decidido emprender su cruzada personal contra charlatanes y embaucadores en nombre del Más Allá, y contra una efervescente (y sólo supuesta) irracionalidad ceñida en la juventud, por un lado; y por el otro,  la mirada cautivadora de una joven vidente o espiritista fraudulenta en estratégico proceso de seducción. La seducción de la impostura –aun siéndola- porque en este caso es bella y contempla la realidad de una forma fresca y fascinante, a las personas y al mundo con mirada pletórica y radiante.

              Woody Allen en pleno rodaje de Magic in the Moonlight

En el último tramo de su carrera, a los 79 años recién cumplidos, Woody Allen parece entregado a la estimulante labor de desmontarse a sí mismo, volver sobre viejos temas y obsesiones, reformularlos no en busca de decir la última palabra sobre el particular u obtener la obra definitiva, sino de proponer un nuevo matiz o, simplemente, un nuevo juego.

Magia a la luz de la luna  propone un discurso tan lúcido como el que Medianoche en París (2011) formuló a partir de las trampas de la nostalgia, pero esta vez menos redondo que aquella, y sin embargo da mucho que pensar. La mentalidad contemporánea detesta y arremete contra la irracionalidad de forma selectiva; sin embargo hay una clave interesante para su apertura a lo espiritual tachado a priori como “irracionalidad”, y es que cuando se ama da igual lo racional que el asunto sea, incluso Dios.

Sin embargo Woody Allen sigue sosteniendo “yo soy un ateo estricto y no creo en esas cosas. Tengo una visión freudiana del mundo. Una vez coincidí en televisión con Billy Graham, el gran evangelista, y estuvimos discutiendo acaloradamente. Me dijo: «Cuando yo muera, aunque Dios no exista, habré vivido una vida mejor que la suya». Y eso es lo triste, que tiene razón. Yo he llevado una vida muy triste, sin esperanza, aterrorizado, una vida sin significado. Sin posibilidades de que haya un Dios o una vida después de la muerte. Dentro de no mucho tiempo el Sol se consumirá y el Universo entero se esfumará”. O también: “hago cine para no pensar en la muerte”… pero sí piensa en la muerte en realidad. ¡El ateo Woody Allen se está planteando cuestiones serias!

MAGIA A LA LUZ DE LA LUNA****

Dirección: Woody Allen. Intérpretes: Colin Firth, Emma Stone, Marcia Gay Harden, Simon McBurney, Catherine McCormack, Eileen Atkins, Hamish Linklater. Género: comedia. EE UU, 2014. Duración: 97 minutos.