Inspirada en la obra de Yasmina Khadra (L'attentat, 2006) best seller internacional, esta magnífica película contempla el problema palestino desde diferentes puntos de vista con un enfoque original y realista: contar la historia a través de alguien que no sabía demasiado.
Amin Jaafari (Ali Suliman), un cirujano israelí de origen palestino, está completamente integrado en la sociedad de Tel Aviv. Tiene un matrimonio feliz aunque sin hijos, una carrera brillante y numerosos amigos judíos. Cuando un ataque suicida en un restaurante de Tel Aviv deja diecinueve muertos y la policía israelí empieza a investigar. Él mismo ha atendido a los heridos y muertos que le han llegado al hospital, justo cuando acaba de recibir un premio por su trayectoria profesional.
La policía le hace reconocer el cuerpo de su mujer en el depósito de cadáveres porque también ha muerto en la explosión, y le confirma que ella fue la causante del brutal atentado. Los terribles interrogatorios, el desconcierto, la tristeza, el engaño se acumulan para el Doctor Jaafari. Él rechaza de plano la acusación, no puede admitir en su mujer una doble vida después de un matrimonio de quince años, pero sus convicciones empiezan a tambalearse cuando recibe una carta póstuma de ella confirmándole su protagonismo en la matanza, y entre sus razones, que “hay niños que mueren sin tierra”, lo que la implica en la causa palestina que apoya el terrorismo como arma para conseguir la autodeterminación como país.
Destrozado por la revelación y desesperado por entender cómo ha podido pasarle inadvertido cualquier indicio de las intenciones de su mujer, Amin Jaafari abandona el ambiente de relativa seguridad de su patria de adopción y se adentra en Nablus, su ciudad natal y desde donde le llega la carta última de su mujer, en los Territorios Palestinos para llegar hasta los fanáticos que la reclutaron. Allí, temerariamente y en su locura sinsentido, llegará hasta los dirigentes religiosos, las redes económicas y las implicaciones familiares que se han ido creando a sus espaldas. Le queda el dilema de denunciar a su propia gente a la policía israelí y seguir fomentando el odio o sufrir su desdicha.
Excelente película de análisis desde otra perspectiva, desde la perspectiva árabe, con toda su complejidad; con excelente guión y elección de actores. Un acercamiento al que no estamos acostumbrados en occidente, cuando duele y sangra -ya desde hace tiempo- la situación en Siria.
El director Ziad Doueiri , nacido en Líbano en 1963, vivió en dicho país hasta el comienzo de la Guerra Civil, cuando contaba 18 años de edad. Estudió cinematografía en EEUU, donde rodó varios cortometrajes en 8 y 16 mm, siendo también primer ayudante de cámara de Quentin Tarantino. En 1998, dirigió su primer largometraje, West Beirut (basado en su propia vida), película que ganó el premio François Chalais y el premio de la Crítica Árabe en el Festival de Cannes de ese mismo año. The Attack (El atentado) es, tras Lila dit ça (Lila dice, 2004), su tercer largometraje.
María Molina
EL ATENTADO****
Título original: The Attack. Director: Ziad Doueiri. Guión: Ziad Doueiri. Intérpretes: Ali Suliman, Evgenia Dodena, Raymond Amsalem. Producción: Jean Brehat, Rachid Bouchareb (The Doha Film Institute, United Artistic Group, Scope Pictures). Fotografía: Tommaso Fiorilli. Montaje: Dominique Marcombe. Música: Éric Neveux. Género: Drama. Duración: 95 min. País: LÍBANO-FRANCIA-QATAR-BÉLGICA. 2012. Público: Adolescentes y Adultos.
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