El artista y la modelo, de Fernando Trueba
Una película de arte y de cine, del artista artesano, en la línea de El cuaderno de barro sobre el artista Barceló, o de películas sobre artistas y su obra, como la de Clouzot (1956) sobre Picasso en Le mystère Picasso, o la de Maybury (1998) sobre Francis Bacon Love is the devil. Trueba en esta ocasión revisita el blanco y negro, confiriéndole una fuerza plástica innegable, que le ha hecho ganar la Concha de Plata a la Mejor Dirección en el 60 Festival de Cine de San Sebastian.
En la Francia ocupada por los nazis de 1943, viven un viejo escultor y su esposa en un pequeño pueblo cercano a la frontera española. De esos pueblos que acogieron a tantos exiliados españoles, muchos de ellos catalanes por la proximidad de la frontera, y que hicieron gala de su generosidad.
El artista Marc Cros (Jean Rochefort), de 80 años, dejó de esculpir hace ya tiempo. Ha visto dos guerras y, desilusionado, no espera gran cosa de la vida y de la especie humana, es uno de estos artistas comprometidos y orgullosos con su propia idea de Dios, de las cosas y del mundo. Recuerda a los literatos Zweig, Calvino, o Marai, tan marcados por el pesismismo sobre el ser humano y tan severos con el arte y con ellos mismos, que les lleva a un terrible final. Un día su mujer, Léa (espléndida veterana Claudia Cardinale), recoge de la calle a una joven campesina española, Mercè (Aida Folch), que huye del ejército franquista, porque es conocedora de todos los pasos fronterizos, y se dedica a pasar gente de una frontera a otra.
Mercè es joven, vital, atrevida y bella. El matrimonio le ofrece a Mercè que viva en el taller del escultor y, mientras dure su estancia allí, que sea su modelo en la que será la última obra del viejo Cros. El artista se halla en plena crisis creativa, en la sequía de “la idea”, en la terrible depresión de la espera de la inspiración, que es tan intermitente, y que es una chispa divina, un regalo inesperado. La convencen porque no tiene nada que perder, y se acostumbra a posar desnuda para él. Poco a poco, nace una relación entre la joven que acaba de empezar a vivir y el artista que ve cercano su horizonte final. En el taller de la montaña, mientras trabajan, modelo y artista hablan de la vida y de la muerte.
El tratamiento de un tema frecuentado en el arte contemporáneo, lo aborda Trueba con delicadeza y a la vez con naturalismo: parece francés en esta película. La fotografía es magnífica y la elección del blanco y negro para el filme es todo un acierto, que matiza las escenas de desnudo, y le confiere dignidad y respeto. El contrapunto de humor lo da la siempre oportuna Chus Lampreave, en su papel de criada.
Fernando Trueba ha obtenido un Oscar (Belle Epoque, 1993), un Oso de Plata (El año de las luces, 1986) y varios premios Goya. Entre sus películas están Opera prima (1980), Mientras el cuerpo aguante (1982), Sal gorda (1983), Sé infiel y no mires con quién (1985), El sueño del mono loco (1989), Two Much (1995), La niña de tus ojos (1998), Calle 54 (2000), El embrujo de Shanghai (2002), El milagro de Candeal (2004), El baile de la Victoria (2009, en Sección Oficial del Festival de San Sebastián) y Chico y Rita (2010). Fundó la revista de cine Casablanca, es autor del Diccionario de Cine y editor del Diccionario del Jazz Latino. En su faceta de productor musical, ha ganado 8 premios Grammy.
FICHA TÉCNICA:
EL ARTISTA Y LA MODELO***
Título original: El artista y la modelo. Director: Fernando Trueba. Guión: Fernando Trueba, Jean-Claude Carrière. Intérpretes: Jean Rochefort, Aida Folch, Claudia Cardinale, Götz Otto, Chus Lampreave, Christian Sinniger, Martin Gamet, Mateo Deluz. Producción: Fernando Trueba P.C., S.A. Fotografía: Daniel Vilar. Montaje: Marta Velasco. Distribuidora: 6 Sales. Duración: 104 min. País: España. Público: Adultos
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