Ha sucedido el 5 de diciembre en El Cairo: la acampada levantada en torno al palacio presidencial para protestar contra Mohamed Morsi, su ‘decretazo’ y el borrador de la Constitución, es disuelta a palos por un grupo de hombres. Integrantes y simpatizantes de los Hermanos Musulmanes destrozan las tiendas de campaña, y los echan a empujones. Algunos sufren ataques físicos y verbales. Entre esas víctimas, hay varias mujeres.
Entre los expulsados, la veterana activista Shahenda Mekled, de 74 años, líder del movimiento campesino contra el feudalismo desde los años sesenta, una figura conocida en los movimientos sociales egipcios. Las cámaras del canal Al Watan captan el momento en el que un islamista partidario del presidente Morsi tapa la boca a Shahenda, justo cuando ella está coreando un eslogan: “Somos el pueblo egipcio”. Ella reacciona rápidamente e intenta defender su derecho a expresarse. Después se ve a Shahenda, gritando "el pueblo egipcio no sois vosotros, nosotros somos el pueblo egipcio". En ese momento le tapan la boca.
Otra mujer ataviada con un pañuelo, grita denunciando que ha sido agredida, que a ella y a otras les escupieron en la cara acusándolas de ser cristianas, aclara que es musulmana y reivindica los derechos de todas, "ya sean musulmanas, cristianas o judías".
Ante esta violencia y cualquier violencia contra cualquier mujer, se ha creado la iniciativa Tahrir Bodyguard. Bajo el lema "ninguna mujer debe ser intimidada por protestar", cuenta ya con cientos de personas voluntarias que, ataviadas con chalecos y cascos, se encargan de velar por la seguridad de las mujeres en las protestas.
"El pasado viernes logramos parar tres agresiones sexuales en grupo en la salida del metro en torno a las nueve de la noche", confiesa el joven Omar Magdy, uno de los integrantes de Tahrir Bodyguard. Él mismo fue golpeado el martes cuando intentaba ayudar a cuatro chicas víctimas de ataques sexuales.
La noticia sería que la violencia dejase de ser el lugar común donde no se respeta a los seres humanos. La noticia sería que las mujeres no fueran sistemáticamente agredidas como estrategia.
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