viernes, 16 de diciembre de 2016

EL TESORO***

Retrato sobrio y sin aditamentos de dos personajes de la era postcomunista en Rumanía. Una historia sobre la búsqueda de un tesoro, casi un universal en la historia del ser humano, lugar frecuentado por la literatura. Un cuento sobre el anhelo de algo mejor que arregle nuestras vidas.



Costi es un joven padre de familia que vive en Bucarest. Le gusta leer las aventuras de Robin Hood a su hijo de 6 años por la noche, para que se duerma. Un día, su vecino le comenta que está seguro de que hay un tesoro enterrado en el jardín de sus abuelos. Si Costi le ayuda alquilando un detector de metales y acompañándole, compartirá el tesoro con él. Inicialmente escéptico, y a pesar de todos los obstáculos, Costi se dejará llevar por la aventura.


El tesoro, es el quinto largometraje del rumano Corneliu Porumboiu, una película moral, aunque sea una película de aventuras. Pero sus imágenes, son deliberadamente feístas, (como lo son la homogeneidad despersonalizada de los regímenes comunistas, o estalinistas) y conscientemente reiterativas, ambientadas en gélidas oficinas, desapacibles hogares, destartalados jardines y funcionales parques. La película de Porumboiu, el autor de la sensacional 12:08, al Este de Bucarest (2006), podría formar un magnífico díptico ético con la todavía en cartelera Los exámenes, de Cristian Mungiu.

Los dos directores habitan un país que pretende levantarse entre sus ruinas, una sociedad aquejada de la globalización de lo corrupto, del recelo y la suspicacia, de la sospecha, desde arriba hasta abajo, en la que la decencia y la honestidad adquiere una condición utópica. Y, sin embargo, uno se espera que detrás de cada pequeño conflicto moral de El tesoro, a la vuelta de cada ruptura de la integridad (un escaqueo en el trabajo, un atajo inconsciente para salir del atolladero económico, una burla legal...), anide una consecuencia entre negra y edificante, como un castillo de naipes que se va derrumbando. Pero no es así. El tesoro tiene la virtud de la continua ruptura de expectativas.



A través de planos fijos alargados en el tiempo, con una luz estudiada y casi teatral, con una ausencia (casi) total de música, únicamente una bellísima ráfaga final, en tono, faltaría más, de cine clásico de aventuras, y unas existencias grises y desamparadas, la película es otra muestra más de hacia dónde se sigue dirigiendo el Nuevo Cine Rumano. Esa ansiada verdad.

El tesoro es una radiografía de la sociedad rumana, la del presente y la del pasado, que impresiona por su estado de asfixia, pero que ofrece una salida ética y una amplitud de lecturas a sus desvaríos cotidianos sin necesidad de discurso alguno. Un enfoque seco, sin artificios, de una estilización total y por eso, más expresivo. Porumboiu es un artista del despojamiento.


Y el despojamiento genera autenticidad y reflexión. No esperen ver una película de acción, tiroteos y persecuciones. El tesoro es algo más sordo y silencioso. El tiempo pasa lentamente y aun así te engancha. Como te engancha su final inesperado. Metáfora esperanzada de la utopía de una sociedad que acabará saliendo de sus cenizas con vitalidad y fuerza inusitadas.


EL TESORO***

Título original: Comoara/The Treasure. Director: Corneliu Porumboiu. Guión: Corneliu Porumboiu. Intérpretes: Toma CuzinAdrian PurcarescuCorneliu CozmeiCristina Cuzina TomaNicodim TomaDan ChiriacIulia Ciochina. Fotografía: Tudor Mircea. Productora: 42 Km Film / Les Films du Worso / Rouge International. País: Rumanía. Año: 2015. Duración: 85 min. Público: Todos.

lunes, 14 de noviembre de 2016

LA ISLA DEL VIENTO****

Director: Manuel Menchón. Guion: Dionisio Pérez, Manuel Menchón, José Javier Rodríguez. Intérprtes: José Luis Gómez, Enekoiz Noda, Ciro Miró, Ana Celentano, Victor Clavijo, Didier Roussel, Suamira Gil, Ruth Armas, Juan Carlos Tacoronte. Fotografía: Alberto D. Centeno. Edición: Alejandro Lázaro. Dirección de Arte: Estefania López-Peula. Diseño de sonido: Hernán Méndez, Martín Grignaschi, Lucas. Música: Santiago Pedroncini. Productores: Rafael Álvarez , Nacho Monge, Patrick Bencomo, Fito Pochat, Victor Cruz. País: España. Año: 2015. Duración: 105 min. Público: Todos.


Una pajarita de papel se convierte en el hilo que ensarta la historia de La isla del viento, el primer largometraje de ficción de Manuel Menchón (Málaga, 1977), director de cine que pertenece a una generación nacida ya en democracia. En el Diccionario de la Real Academia Española el significado de la palabra “cocotología”, con esta definición: “Del fr. cocotte “pajarita de papel” y –logía, término acuñado por Miguel de Unamuno”. “Arte de hacer pajaritas de papel”. El nombre de Miguel de Unamuno (1864-1936) cobra vida en el relato de Menchón al detenerse en un episodio clave en su vida y en la historia de España: el acto celebrado en el Paraninfo de Universidad de Salamanca, el 12 de octubre de 1936, Día de la Raza. A pesar de la intensidad dramática de los hechos nadie hasta ahora los había recreado en imágenes.

Salamanca, octubre de 1936.Don Miguel de Unamuno sufre un nuevo enfrentamiento de los muchos que ha tenido durante su vida. En este caso en la Universidad de Salamanca con el general franquista Millán Astray. Este hecho le supone la destitución inmediata como profesor y el arresto domiciliario hasta el final de sus días.

También se ha acercado Menchón previamente al retrato lúcido de Miguel de Unamuno durante su exilio en Fuerteventura por su oposición a la dictadura de Primo de Rivera en 1924, donde experimenta una transformación interior importante. En la soledad existencial que vive, Unamuno intentará nuevamente escribir “Don Quijote en Fuerteventura”, obra deseada desde que viviera en la isla el exilio que mereció por sus críticas al dictador Primo de Rivera. Mientras escribe, inmersos en los pensamientos de Unamuno, recorreremos con él su etapa en la Isla y entenderemos el verdadero significado que tuvo en su vida. Entenderemos cómo Don Quijote fue aplacado por las bondades de la gente y la dureza de un clima desconocido para él. Menchón viaja al terreno más íntimo y desconocido de Don Miguel de Unamuno, quien cobra vida gracias a la brillante interpretación de José Luis Gómez.

La imagen de Unamuno montado en un camello 1924 y otra imagen del escritor, sonriendo, con las manos atadas por una cuerda que lo unía a su compañero de destierro en Fuerteventura, el diputado Rodrigo Soriano. Un lugareño de Fuerteventura sostenía el extremo de la cuerda que encadenaba a  aquellos dos cautivos, en una escena que bien podría describirse como una parodia de los galeotes quijotescos. En las dos fotografías Unamuno no llevaba sombrero, a pesar del sol, calzaba unas alpargatas blancas y vestía su peculiar traje negro que le confería el aspecto de pastor protestante.

Condenado al destierro por el dictador, Unamuno pasará cuatro meses en Fuerteventura –del 10 de marzo al 9 de julio de 1924–. Sus vivencias en la isla y lo sucedido doce años después se enlazan en la película con la creación del personaje de Cala, una niña pobre e inteligente en Puerto Cabras, una joven que ha accedido a la educación, en Salamanca. Ella será la encargada de atesorar la pajarita de papel. “Todos los rapaces de Puerto de Cabras conservan y quieren a estas pajaritas de Unamuno”, escribía en 1924 un articulista en el periódico El Tribuno de Las Palmas

Unamuno transforma Fuerteventura en un lugar mítico, en símbolo de lo más auténtico de España, de la vida y de la libertad. El escritor dedica la primera parte de su libro De Fuerteventura a París (París, 1925) a Ramón Castañeyra, de Puerto Cabras: “¡Ay, mi querido amigo, cuanto viva mi alma y en la forma que viviere, vivirá en ella, (…), esa bendita isla rocosa de Fuerteventura donde he vivido con ustedes, los nobles majoreros, y con el Dios de nuestra España los días más entrañables y más fecundos de mi vida de luchador por la verdad!”.



El escritor recordaba la isla y a los que le habían acompañado en tertulias y paseos durante aquellos meses: “Dejé esa roca llorando. Es que dejaba en ella raíces en la roca y raíces de roca”. Y hacía dos promesas: “Volveré con el cuerpo, porque con el alma sigo ahí”. La otra promesa, en la que insiste en varias ocasiones, es la de escribir el libro que tratará sobre su cautividad y al que pondrá por título: “Don Quijote en Fuerteventura, ‘Don Quijote en camello a modo de Clavileño’”. Aquellos sonetos eran “un diario íntimo de la vida íntima de su destierro. En ellos se refleja toda la agonía –agonía quiere decir lucha– de su alma de español y de cristiano”.

En 1928 escribía “tampoco todos aquellos sonetos son de circunstancias políticas aunque todos ellos, hasta los que se podría llamar religiosos, y aún místicos, están inspirados por la actualidad política de mi España. ¡Actualidad política! La actualidad política es eternidad histórica y por lo tanto poesía”. O también sobre su llegada a la isla, Unamuno escribe: ¡Oh, fuerteventurosa isla africana,/ sufrida y descarnada cual camello,/ en tu mar compasiva vi el destello/ del sino de mi patria!”. Unamuno recoge en sus poemas las vivencias e impresiones cotidianas, como en el que escribe el 16 de mayo, “mientras enteramente desnudo tomaba baños de sol en la azotea del “Hotel Fuerteventura”, de Puerto Cabras”: “Al sol de la verdad pongo desnuda/ mi alma; la verdad es la justicia”.

En sus sonetos, el quejido: “¡Ay qué molino de viento/ Don Quijote de La Mancha,/ el que en mi Fuerteventura/ me molió el gofio del alma!”. O la referencia a la falta de agua en la isla: “¡Agua, agua, agua! tal es la magua/ que oprime el pecho de esta gente pobre”. Recorre la isla a lomos de un camello; visita, entre otros lugares, Betancuria y en un poema –“Enjalbegada tumba es Betancuria”– describe la austera tristeza, la blancura del pueblo y de la iglesia, donde se oían los rezos de unas majoreras tocadas con sus mantillas blancas. Toda su producción literaria tan amplia, es rico manantial para el excelente guión de La isla del viento, que tiene especial fidelidad “al paisaje del alma” sensible y poética, pero no olvida las anécdotas vitales y la dimensión política de su protagonista junto al sentido del cine como arte y entretenimiento. 
El gran actor de teatro y director de La Abadía José Luis Gómez da vida a Unamuno en una magistral e inolvidable interpretación. Alberto Centeno, el director de fotografía, capta la belleza de la luz y los paisajes isleños para convertirlos en un personaje esencial. Todo ello, –unido a la música, la dirección artística, los personajes secundarios que cumplan la función de dar la réplica al irascible y conmovedor Unamuno– nos demuestra que la creatividad, el trabajo en equipo, el empeño en contar una buena historia, no están reñidos con un bajo presupuesto.

A pesar de haber nacido en Bilbao, Unamuno, como una experiencia religiosa, descubre la mar en Fuerteventura, y llega “a una comunión mística con ella”. Si el 24 de mayo, contemplando el último retrato de su mujer escribe: “Eres tú, Concha mía, mi costumbre”, pues ella es su “baluarte”, su “más hondo consuelo”, a finales de junio escribirá: “Te has hecho ya, querida mar, costumbre”. Durante días, por la noche, Unamuno acudía a la costa “a ver si llegaba señal del barco francés que había de sacarme del confinamiento”. Y en un soneto del 25 de mayo leemos estos versos: “Ya como a propia esposa al fin te abrazo,/ ¡oh mar desnuda, corazón del mundo!”. En el barco, rumbo a Francia, recordará una carta de su “amigo del alma J. E. Crawford Flitch”, su traductor al inglés, que lo acompañó cuarenta días en la isla. Flitch hablaba de que ahora estaba regresando al “desierto de la civilización”, y sus palabras inspiran estos versos de Unamuno: “Un oasis me fuiste, isla bendita;/  la civilización es un desierto/ donde la fe con la verdad se irrita.”Con la ayuda M. H. Dumay, director de Le Quotidien, que había arreglado todos los detalles, Unamuno se había fugado de la isla. En un comentario escribe: “El día 9 nos evadimos y el 11 llegamos a Las Palmas, donde me reuní con mis hijos. Unos días antes, el 2 de julio, había llegado su amiga argentina Delfina Molina Vedia de Bastianini, mi amiga argentina, con su hija, y se fue el 6”.

En De Fuerteventura a París abundan los sonetos en los que Unamuno muestra su indignación ante la situación política. Alfonso XIII es a menudo objeto de su ira. Se burla de él por su cultura superficial, por ocultar en un supuesto casticismo su falta de rigor. Con Primo de Rivera, el “Ganso Real”, Unamuno se despacha a gusto en numerosos sonetos como este: “Fuera de tu casino, tu cotarro,/ no había mundo para ti, mastuerzo”, que finaliza así: “Vuelve a ser nadie ya, pero muy pronto,/ que si no hasta tus mismos asistentes/ te dirán: ¡Tonto! ¡Tonto! ¡Tonto!”.

Y en el comentario al soneto “No hay un puñado de tierra perdido”, referido al desastre de Marruecos, Unamuno escribe: “¡Tumbas! Eso es lo que hemos sembrado por el mundo; eso es lo que dejaremos en Marruecos: Que no será la cuna de ningún español que nos ensanche el cielo”. En París Unamuno continuará escribiendo sonetos combativos. En uno de ellos se lamenta por la muerte de unos jóvenes revolucionarios condenados a garrote vil; y se manifiesta contra la pena de muerte, a la vez que se burla de Alfonso XIII al que le parece que esta manera de aplicar la pena es muy humana pues se lleva a cabo sin “efusión de sangre”. 

Han pasado doce años de su destierro isleño. Es el 12 de octubre de 1936 y Unamuno, rector honorífico de la Universidad de Salamanca, sale de su casa para dirigirse al paraninfo de la Universidad, donde va a tener lugar un acto académico en conmemoración del Día de la Raza. En su bolsillo lleva una carta en la que la mujer del pastor protestante Aquilino Cocó, su amigo, le ruega que interceda por su esposo ante Franco. Para entonces, Unamuno, que había apoyado el golpe de estado militar, ya sabe que la misión de los golpistas no es defender la República, sino reprimir a sus oponentes. Ha sufrido el asesinato de queridos amigos como Casto Prieto Carrasco, alcalde republicano de Salamanca, y sabe que de nada sirve su intercesión con el generalísimo.

Unamuno siempre estuvo comprometido con la cuestión social. A finales del siglo XIX había ingresado en el PSOE y había escrito en publicaciones como La lucha de clases, de Bilbao. Cuando se proclamó la II República Unamuno es reconocido fuera y dentro de España como uno de los más grandes intelectuales. La República lo había nombrado “Ciudadano de Honor”. Pero Unamuno no se doblega ni se acomoda a las circunstancias. Abomina de los desmanes revolucionarios que condujeron a la quema de conventos. Critica la consideración de vascos y catalanes como nacionalidades oprimidas, lo que para él significa “envenenar la historia y falsearla”.

Conocemos lo que sucedió aquel 12 de octubre a partir de testimonios de testigos presenciales y de distintos estudios y análisis. En el estrado del paraninfo, se hallaba presidiendo la primera dama, Carmen Polo, pues su esposo se había convertido en Jefe de Estado hacía dos semanas. La sede oficial de Franco se ubicaba en el palacio arzobispal, cedido por monseñor Pla y Daniel, quien también ocupaba su puesto en el estrado, junto al general José Millán Astray, fundador de la Legión y responsable de la propaganda del Cuartel General del generalísimo Franco. Habló en primer lugar el decano de la Facultad de Filosofía y Letras, y a continuación el profesor Francisco Maldonado, quien se refirió a catalanes y vascos calificándolos, entre otras cosas, de “explotadores del hombre y del nombre español”. Unamuno sacó de su bolsillo un papel que desdobló –la carta de la mujer de Aquilino Cocó– y allí comenzó a anotar algunas  palabras. Después intervino, con un florido discurso, José María Pemán, intelectual invitado. No estaba previsto que Unamuno hablase pero, como él mismo dijo, le habían tirado de la lengua: 
“Se ha hablado aquí de guerra internacional en defensa de la civilización cristiana; yo mismo lo he hecho otras veces. Pero no, la nuestra es sólo una guerra incivil. (…) Vencer no es convencer y hay que convencer sobre todo, y no puede convencer el odio que no deja lugar para la compasión.


  
Y continuó hablando indignado por lo que se había dicho contra catalanes y vascos:

“Y yo, como sabéis nací en Bilbao, soy vasco y llevo toda mi vida enseñándoos la lengua española, que no sabéis. Eso sí es Imperio, el de la lengua española y no…”. Fue aquí cuando Millán Astray gritó: “¡Mueran los intelectuales!”; y también “¡Viva la muerte!”,  aunque el momento exacto varía según las versiones. En La isla del viento Manuel Menchón recrea admirablemente la tensión de la escena: “Os falta razón y derecho en la lucha. Es inútil pediros que penséis en España”, dice Unamuno, cuya exclamación “¡venceréis, pero no convenceréis!”, se hará famosa en todo el mundo. 


Magnífica escena de Jose Luis Gómez/Unamuno saliendo apresuradamente del Paraninfo de la Universidad de Salamanca

Después de aquellos hechos Unamuno vivirá confinado en su casa, bajo vigilancia, hasta el día de su muerte, el 31 de diciembre de 1936. Continuó trabajando hasta el final. Escribió apuntes para lo que sería su libro El resentimiento trágico de la vida. Volvió a la poesía y al soneto. El 21 de diciembre escribe: “Cuán me pesa esta bóveda estrellada/ de la noche del mundo, calabozo/ del alma en pena”. El último soneto está fechado el 28 “–día de inocentes–“ y acaba con el verso “del tiempo al fin la eternidad se adueña”.
La Isla del Viento participó en la sección oficial del XXX Festival Internacional de Cine de Mar de Plata, en noviembre de 2015. Se proyectó en el Festival de Cine de Málaga de 2016, el 23 y el 25 de abril, en la sección Premier. Y en el Festival de Cinéma de Mémoire Commune de Nador ha obtenido el Premio al Mejor Guión de Largometraje, y la Mención Especial del Jurado Científico. La película se estrenará en salas comerciales el 18 de noviembre de 2016.  

Aparece un personaje femenino, la argentina Delfina Molina, “Lo más increíble es que todo es verdad. Delfina Molina fue una poetisa, intelectual y sufragista argentina. Es muy interesante como personaje, pero tenía una visión de la realidad muy rara. Las cartas entre ambos se conservan. Las encontramos en el archivo de Salamanca y son muy romanticonas. Fue una relación epistolar de décadas. De parte de él dándole consejos literarios que ella interpretó como que era el amor de su vida”. Una de las escenas sucede en el paraninfo (salón de actos) de la Universidad de Salamanca donde Unamuno pronuncia un discurso clave: “Es real y todos los personajes históricos que aparecen en la escena también. No hay nada inventado. Fue lo que pasó y se rodó donde pasó”.“El que lo interrumpe gritando era José Millán- Astray, el creador de la legión extranjera española donde su segundo era Francisco Franco. El papel que tiene en la mano Unamuno era una intercesión de la esposa de un pastor protestante que le pedía por la vida de su marido acusado de masón. En ese papel escribió los apuntes como respuesta a los discursos fascistas que estaba presenciando. La secuencia se conservó taquigráficamente”, relata José Luis Gómez.

Gómez nos pone en el marco de lo que pasaba: “Millán- Astray quería matar a Unamuno, pero era el intelectual más importante español y tenía todos los medios extranjeros a su favor. Siempre estuvo en contra del poder, incluso fue nominado al Nobel, pero en aquél tiempo tenía que tener el apoyo del gobierno y no lo tuvo. Él apoyó el golpe de Franco porque creyó que la república se desmadraba tras el asesinato de Calvo Sotelo y la quema de conventos. Lo que hace en el paraninfo es un acto de expiación. Se dio cuenta que sus alumnos, los catedráticos y sus amigos eran fusilados. Delante del dragón se planta y se lo dice. Fue un acto cívico muy valiente. Carmen Polo, la esposa de Franco y el obispo de Salamanca lo ayudaron a salir porque si no las hordas se lo hubieran cargado allí y hubiera sido letal para el movimiento porque recién habían matado a Federico García Lorca”.

Gómez afirma que “Como hombre de teatro y cine tengo una relación seria con la gran palabra de los poetas, los grandes creadores, pero es raro encontrar en otra figura lo creativo y personal y unirlo a un coraje civil de una estatura extraordinaria. Era rigorista, juzgador, implacable, pero generoso. Es un Número 1 en la psicología gestáltica. El director me nutrió de muchísimo material. Y soy muy parecido. Le he dedicado mi vida a ser actor y director, pero no se puede hacer todo con técnica. En este caso el ángel bajó. Mi corazón lo sintió durante el rodaje”.

En tono clásico que a veces se torna declamatorio, La isla del viento toma el exilio de Miguel de Unamuno en un paraje desértico. Entre personajes y anécdotas reales, el realizador Manuel Menchón desliza comentarios sobre la educación de la época y la pobreza de aquellos que no pueden acceder ni siquiera a los recursos básicos, como el agua. El gran pilar de este filme es José Luis Gómez, quien carga el peso del personaje y lo encarna con soltura. Es en la penúltima escena cuando alcanza su cenit, con un discurso de alta actualidad. No se la pierda.

Apoyo documental, entrevistas a Unamuno de 1936

En entrevista a Tharaud, Unamuno declarará: “Tan pronto como se produjo el movimiento salvador que acaudilla el general Franco, me he unido a él diciendo que lo que hay que salvar en España es la civilización occidental cristiana y con ella la independencia nacional, ya que se está aquí, en territorio nacional, ventilando una guerra internacional. (...) En tanto me iban horrorizando los caracteres que tomaba esta tremenda guerra civil sin cuartel debida a una verdadera enfermedad mental colectiva, a una epidemia de locura con cierto substrato patológico-corporal. Las inauditas salvajadas de las hordas marxistas, rojas, exceden toda descripción y he de ahorrarme retórica barata. Y dan el tono no socialistas, ni comunistas, ni sindicalistas, ni anarquistas, sino bandas de malhechores degenerados, excriminales natos sin ideología alguna que van a satisfacer feroces pasiones atávicas sin ideología alguna. Y la natural reacción a esto toma también muchas veces, desgraciadamente, caracteres frenopáticos. Es el régimen del terror. España está espantada de sí misma. Y si no se contiene a tiempo llegará al borde del suicidio moral. Si el miserable gobierno de Madrid no ha podido, ni ha querido resistir la presión del salvajismo apelado marxista, debemos tener la esperanza de que el gobierno de Burgos tendrá el valor de oponerse a aquellos que quieren establecer otro régimen de terror. (...) Insisto en que el sagrado deber del movimiento que gloriosamente encabeza el general Franco es salvar la civilización occidental cristiana y la independencia nacional, ya que España no debe estar al dictado de Rusia ni de otra potencia extranjera cualquiera, puesto que aquí se está librando, en territorio nacional, una guerra internacional. Y es deber también traer una paz de convencimiento y de conversión y lograr la unión moral de todos los españoles para restablecer la patria que se está ensangrentando, desangrándose, envenenándose y entonteciéndose. Y para ello impedir que los reaccionarios se vayan en su reacción más allá de la justicia y hasta de la humanidad, como a las veces tratan. Que no es camino el que se pretenda formar sindicatos nacionales compulsivos, por fuerza y por amenaza, obligando por el terror a que se alisten en ellos, ni a los convencidos ni convertidos. Triste cosa sería que el bárbaro, anti-civil e inhumano régimen bolchevístico se quisiera sustituir con un bárbaro, anti-civil e inhumano régimen de servidumbre totalitaria. Ni lo uno ni lo otro, que en el fondo son lo mismo”, entrevista de octubre de 1936 recluido en su casa de Salamanca.

En entrevista concedida por Unamuno a Kazantzakis:

“En este momento crítico del dolor de España, sé que tengo que seguir a los soldados. Son los únicos que nos devolverán el orden. Saben lo que significa la disciplina y saben cómo imponerla. No, no me he convertido en un derechista. No haga usted caso de lo que dice la gente. No he traicionado la causa de la libertad. Pero es que, por ahora, es totalmente esencial que el orden sea restaurado. Pero cualquier día me levantaré —pronto— y me lanzaré a la lucha por la libertad, yo solo. No, no soy fascista ni bolchevique; soy un solitario”.

En entrevista concedida a Lorenzo Giusso:

“La barbarie es unánime. Es el régimen de terror por las dos partes. España está asustada de sí misma, horrorizada. Ha brotado la lepra católica y anticatólica. Aúllan y piden sangre los hunos y los hotros. Y aquí está mi pobre España, se está desangrando, arruinando, envenenando y entonteciendo...”


lunes, 17 de octubre de 2016

LLÉVATE MIS AMORES****

Director: Arturo González Villaseñor. Guión: Arturo González Villaseñor.  Productoras: Acanto Films, Pimienta Films, UAM-X. Fotografía: Juan Antonio Mecalco Cruz. Música: Muna Zul. Producción: Indira Cato. Edición: Lucrecia Gutiérrez Maupomé. Sonido: Rodrigo Villanueva Sánchez, Lena Esquenazi. Año: 2014. Duración: 90 min. País: México. Premio: Festival Internacional de Cine de Los Cabos, IDFA

Delicado documental de Arturo González Villaseñor, un retrato íntimo de las mujeres veracruzanas “Las Patronas”, que se enfrentan a diario el rugido del tren de mercancías cargado de emigrantes “La Bestia”. Desde 1995 estas mujeres preparan comida todos los días y la lanzan a los emigrantes que viajan sobre el tren rumbo a Estados Unidos. Un diario personal y cercano a cada retrato y a cada vida que traza la frontera entre la vida que toca vivir y la vida que se elige; un conmovedor, valiente y deslumbrante ejemplo de amor y solidaridad que contrasta con la violencia y los riesgos que viven las personas que viajan sobre el tren.


Ópera prima del cineasta mexicano Arturo González Villaseñor (Ciudad de México, 1985), le llevó cuatro años de factura y se puso en marcha el día en que Arturo conoció junto con un grupo de amigos –con los que buscaba fundar una radio comunitaria en la zona- a las mujeres que se sitúan al costado del tren “La Bestia”, para tirar al paso rápido del vehículo bolsas con agua y alimentos a los emigrantes que van rumbo a los Estados Unidos.


“En gran parte es un retrato de lo que ocurre en los pueblos mexicanos hoy en día: el abandono al campo, la explotación obrera/campesina representada por el esposo de una de ellas, José Luis, quien nos cuenta que trabaja doce horas al día y que aun así no le alcanza para mantener a su familia y tiene que vivir endeudado”, comenta Villaseñor.


Las pocas oportunidades que tienen las más jóvenes para ingresar en una universidad; la dificultad añadida por la baja calidad del nivel medio superior, que les impide hacer un buen examen. Muchos jóvenes optan por el ejército, la marina, dedicarse al campo o trabajar como obreros con sueldos miserables y una explotación devastadora. También retrata el machismo y el maltrato por parte de algunos hombres. Para ellos, al llegar del trabajo termina su día laboral, pero para las mujeres esto nunca termina. Y finalmente, refleja la conexión tan inmensa que tienen con la naturaleza, mujeres que dependen completamente de ella para su sustento y el de su familia, y que lo poco que tienen lo estiran para que llegue diariamente a los que pasan hacia la frontera de Estados Unidos.

Hace 18 años este grupo de mujeres de distintas edades, habitantes del poblado Guadalupe La Patrona, comenzó a preparar comida diariamente para los emigrantes a bordo de La Bestia. Pensaron cómo ayudar de la mejor manera a cientos de hombres en busca de una vida mejor, que implica arriesgar su vida y pasar por situaciones inhumanas y degradantes en el tren que pasa diariamente trasportándolos. Llévate mis amores nos recuerda que tendríamos que volver a ser verdaderamente humanos.



Villaseñor elabora una narración y un poema visual con delicadeza casi artesanal y con atmósferas casi pintadas a mano: retratos humanos de mujeres que se levantan con el sol para preparar comida en grandes ollas colocadas sobre leña, dando vueltas al arroz, revolviendo con el cucharón de madera los frijoles y los totopos que, de pronto, trasmiten la idea de que incluso podemos ser amados por alguien que ni siquiera nos conoce. Estas son las mujeres que han establecido la sencilla pero apabullante dinámica de arrojarles comida a emigrantes que no conocen, en bolsas de plástico, acompañadas de botellas de agua. Una labor que nadie paga.

Y aquí están los rostros humanos, personas reales, mexicanos y centroamericanos, que tras agarrar la bolsa con comida de Las Patronas, emiten un grito que se disuelve en las vías, en el tiempo y en el espacio, diciendo “gracias”.


jueves, 13 de octubre de 2016

FUEGO EN EL MAR/ FUOCOAMMARE****

Título original: Fuocoammare. Director: Gianfranco Rosi. Guión: Gianfranco Rosi. Intérpretes: Actores no profesionales. Fotografía: Gianfranco Rosi. Producción: Coproducción Italia-Francia; Stemal Entertainment / 21 Unofilm / Cinecittà Luce / Rai Cinema / Les Films d'Ici / Arte France Cinéma. País: Italia, Francia. Año: 2015. Duración: 110 min. Género: Documental, inmigración. Público: Todos.

Gianfranco Rosi (Sacro GRA) dirige este documental centrado en el drama de los refugiados que llegan a la isla siciliana de Lampedusa, toda una metáfora de los sueños, esperanzas y desgracias de miles de emigrantes. 



El punto más meridional de Italia se ha convertido desde los años 90 en un importante punto de desembarco de inmigrantes ilegales procedentes de tierras africanas y oriente medio. En estos veinte años han muertos más de veinte mil personas, ahogadas en sus costas mientras trataban de alcanzar Europa, para así encontrar un refugio que los aleje de la guerra y el hambre. Samuel vive en la isla, tiene 12 años, va a la escuela, le gusta tirar con la honda e ir de caza. Le gustan los juegos de tierra, pese a que todo a su alrededor habla del mar y de los hombres, mujeres y niños que intentan cruzarlo para llegar allí. 



Gianfranco Rosi escribe y dirige este documental, un relato cercano, dado que pasó varios meses viviendo en la isla mediterránea, grabando la historia, la cultura y la realidad cotidiana de un total de aproximadamente 6.000 personas que actualmente forman parte de la población local. Fuocoammare sigue la estela de Taxi Teherán, 2015 el drama iraní protagonizada y dirigida por Jafar Panahi.  Este documental se adentra en el drama de aquellas personas que arriesgan sus vidas para llegar a esa soñada Europa. Se han cumplido las previsiones de la crítica, que destacaban este comprometido proyecto como uno de los trabajos más notables de una edición de la Berlinale llena de claroscuros en la que pocos títulos han conseguido destacar. Rosi sigue sumando premios a una carrera brillante, este Oso de Oro se une al León de Oro de Venecia que logró por Sacro GRA en 2013.


Un poema imaginativo e impactante de uno de los fenómenos que avergüenzan a Europa, abordado sin debate, sin confusiones semánticas entre 'inmigrante' y 'refugiado’. Rosi se acerca al epicentro del drama migratorio desde la zozobra y la melancólica contemplación, para mostrar el drama como es. Se ha acercado al funcionamiento orgánico de una comunidad isleña y, sobre todo, ha conseguido trascender la tozuda frialdad de las cifras para comprender la constricción y perplejidad entre la cotidianidad de los lugareños y  la tragedia de los recién llegados.

Las secuencias desgarradoras de las operaciones de rescate son un dramático e impactante documental de observación llena de humanidad en primera línea de la crisis de los refugiados. Logramos conocer a fondo cómo se distribuyen los míseros “pasajes” de las vulnerables embarcaciones cargadas de seres humanos. Los que han pagado 1500 dolares, o los de 1000 dolares…y así distribuyéndose en pisos, hasta sumar más de 250 personas. Las voces de los guardias de costa “Vuestra posición, amigo”, las contestaciones llenas de miedo, angustia y desprotección. Cómo llegan a las costas italianas (como a tantas costas del mundo) encadenados, atados, hacinados, intoxicados con el humo del motor, golpeados y humillados. Así es la travesía de miles de personas hacia Europa en las bodegas de la muerte.



El relato es aún más sobrecogedor porque sabemos que hasta la fecha, y según los datos de ACNUR, han sido rescatados 303.049 personas y 3.521 han muerto. Aunque sólo se cuentan aquellos cuyo cuerpo aparece. Muchos mueren en el intento y son arrojados al agua. Otros cuerpos son amontonados en las barcas a la espera del rescate. Da igual si son hombres, mujeres o niños. Han sobrevivido al letal paso por el desierto, que hizo su criba sobre las dunas, y ya no se detienen ante el mar, aunque sea la primera vez que lo ven.
También sabemos que los traficantes esperan, con miles de personas en las playas, a que haya un día sin viento y con pocas olas. Cuando llega, aún de noche, embarcan a la vez a miles de inmigrantes y refugiados. Lo hacen a palos, armados con gomas de butano para arrearles como ganado. Al fondo, el resplandor de las grandes plataformas petrolíferas ilumina el horizonte. "Esas luces son Italia. Están a cinco horas de distancia. Dirigíos allí". La mentira calma a los viajeros.



Escogen a uno de ellos que hable inglés, en cada uno de los barcos, y le dan un teléfono satélite con un número memorizado: el del centro de coordinación de salvamentos de Roma. "Espera cinco horas de viaje y luego llama. Di que os estáis hundiendo". Ese, el que se presta a hacer la llamada, viajará gratis. Muchos morirán en el intento sin marcar ese número porque no superan las primeras grandes olas de alta mar. Luego sus cuerpos aparecen sobre la arena de las playas.

Fuocoammare acaba de recibir justamente en el 2016 Festival de Berlín el Oso de Oro (Mejor largometraje) y en 2015 Premios David di Donatello:  4 nominaciones  incluyendo mejor película y director. Fue presentada en la Sección Perlas del 64 Festival de Cine de San Sebastian.

jueves, 22 de septiembre de 2016

EL HOMBRE DE LAS MIL CARAS***
EDUARD FERNÁNDEZ, CONCHA DE PLATA AL MEJOR ACTOR
CRÓNICA DE LA 64 EDICIÓN DEL FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN

Director: Alberto Rodríguez. Guión: Alberto Rodríguez, Rafael Cobos (Libro: Manuel Cerdán). Intérpretes: Eduard Fernández, José Coronado, Carlos Santos, María Etura, Emilio Gutierrez Caba, Luis Callejo, Mireia Portas y Alba Galocha. Fotografía: Alex Catalán. Música: Julio de la Rosa. Productora: Zeta Cinema / Atresmedia Cine / Atípica Films / Sacromonte. País: España. Año: 2016. Duración:123 min. Género: Thriller de espionaje, basado en hechos reales. Público: Adultos.
La fascinación universal por las historias de pícaros, ha llevado al gran director Alberto Rodríguez a meterse a contar una compleja historia con complejo entramado y complejos personajes. La historia de lo que ocurrió en el “Caso Roldán” y el papel que jugó Francisco Paesa, una rocambolesca historia de la baja y sucia política española de los 90.


Francisco Paesa es caleidoscópico: hombre de negocios, banquero en Suiza, traficante internacional de armas, gigoló, playboy, diplomático, aventurero, estafador y agente secreto. Un espía. Ocurre que Paesa es traicionado por el gobierno y se ve obligado a huir del país. Cuando regresa al cabo de los años, todo ha cambiado: está arruinado, es incapaz de poner en marcha cualquier negocio – su fama de timador le precede - y su relación con Gloria, su pareja en los últimos quince años, parece que toca a su fin. En estas circunstancias, recibe la visita de Luis Roldán (exdirector de la Guardia Civil), y su mujer, quienes le ofrecen un millón de dólares para ayudarles a salvar 1.500 millones de pesetas (las pesetas anteriores a los actuales euros desde el 2000), sustraídos de las arcas públicas.

Rodríguez es un director curtido en otras películas de factura impecable y justamente premiadas (La isla mínima, 2014), que en esta ocasión aborda la corrupción política y la corrupción económica a través de la óptica de dos personajes de la época: Francisco Paesa y Luis Roldán. Sinvergüenzas que pararon las rotativas de los periódicos en más de una ocasión y que, a lo largo de la película, se ocultan, desaparecen y vuelven a aparecer. Unidos por cientos de millones de pesetas provenientes de las comisiones ilegales y de los fondos reservados de Interior, y separados por un maletín lleno de documentos que el ex director de la Guardia Civil nunca suelta de su mano. Roldán cree que es su salvaconducto para negociar su futuro pero, finalmente, pasará a manos de Paesa. La única persona que salió vencedora del caso Roldán es Francisco Paesa: está alejado de la cárcel, blanqueado judicialmente y con doce millones de euros en una cuenta corriente de un banco de Singapur.

                Coronado, Fernández, Santos y Callejo 

Un narrador sirve de nexo de la trama, imaginando el protagonismo que nunca tuvo un ex piloto de Iberia, Jesús Guimerá, convertido en el filme en Jesús Camoes. Empezando con la fuga de Roldán en 1994, el pasaje más trepidante y corrupto de la reciente historia de España, Rodríguez lo convierte en el guía de una trama de patio de Monipodio cervantino. Guimerá se erige en la película en uno de aquellos historiadores ambulantes medievales, que tiene la facilidad para fabular historias tanto en la ficción como en la vida real. Paesa siempre lo trató como un mercenario que ejecutaba sus órdenes sin rechistar.

El espía lo conocía desde la etapa de éste en el Batallón Vasco Español (BVE), pero jamás exhibió ante él una mueca de cariño ni de gratitud. Incluso, lo dejó fuera de las exequias como al resto de sus allegados, cuando en 1998 “se hizo el muerto” en Bangkok con una esquela publicada en la prensa por su hermana. El hombre de las mil caras permaneció desaparecido hasta finales de 2004, cuando una agencia de detectives británica lo localizó en Luxemburgo.

Rodríguez nos cuenta las múltiples facetas del personaje. Paesa espía: con el plan más brillante de la lucha antiterrorista, en la que consiguió vender a ETA dos misiles SAM-7, con unos microchips ocultos en el fuselaje, que acabó en la conocida como Operación Sokoa. Y Paesa cómplice de asesinato: su incursión en el lodazal de los GAL (crímenes de Estado) cuando intentó presionar a una testigo que iba a declarar ante Garzón. Alguien que pretendía proteger a sus jefes y amigos del Ministerio del Interior y de La Moncloa, que habían colaborado en la perpetración de 27 asesinatos, aquellos que “portaban chequera y no armas”. Así era la España de las tinieblas. Quizás a la película le falte alguna imagen del interior del complejo de La Moncloa donde entonces moraban las X del entramado, el presidente Felipe González y el vicepresidente Narcís Serra. A los que se suma un personaje que ya se movía por las sombras del poder, José Enrique Serrano, secretario general de la Vicepresidencia del Gobierno y, hoy día, convertido en uno de los negociadores del líder del PSOE en pro de la regeneración y la transparencia política.

                    Paesa/Fernandez en acción

Uno de los muchos aciertos del director es la definición de los personajes de la película, dotados de gran credibilidad: Fernández/Paesa, Santos/Roldán (el ex director de la Guardia Civil) o Coronado/Camoens/Guimerá. El trabajo de los actores es espectacular, logran meterse en la piel de Paesa, Roldán y Guimerá con acierto. Tampoco podemos olvidarnos de Marta Etura –que borda el personaje de Nieves/Blanca-, Luis Callejo, Emilio Gutiérrez Caba, Mireia Portas y Alba Galocha, en su primera película. Rodríguez, con su Hombre de las mil caras, nos introduce en un nuevo género cinematográfico. Si en la literatura existe la novela picaresca habría que convenir que Rodríguez ha logrado lo que podríamos definir como el cine de picaresca. Traslada a los personajes al patio sevillano de Monipodio y los convierte en los personajes cervantinos de Rinconete y Cortadillo. No se equivoca porque Roldán y Paesa siempre se movieron en un mundo de trileros.

Paesa tiene finalmente la habilidad de anguila: coge el dinero y corre fuera de España, sin que nadie lo impida. Y, lo más chocante, sigue en libertad hasta la fecha gastándose el botín. Roldán se equivoca cuando en varias ocasiones lo amenaza: "Está esposado a mi. Si caigo yo cae usted conmigo". Pero la historia no acaba así: se estrella él y Paesa se queda con su dinero y con el maletín del chantaje. 

Luis Roldán, patético, corrupto, finalmente perdedor, afirma “Solo hice lo que hacían los demás”. Roldán impostor, con infinito poder y ladrón de 1.900 millones de pesetas, que se limita a recordar que su caso no era insólito, que le dejaran tranquilo disfrutar de un robo generalizado porque todos estaban pringados.


Los diálogos son inteligentes, los personajes inquietantes por aquello de reales y vivos todavía, hay secuencias memorables en una trama compleja y difícil de tratar, pero que te captura. Una película buena y desigual, que merece premios, pero no llega a la perfección de su obra redonda La isla mínima donde consigue que respiremos salitre, angustia y miedo del sur ancestral por todos los poros.


jueves, 2 de junio de 2016

THE FIRST MONDAY IN MAY****
Se estrenó en el Festival de Cine de Tribeca el 13 de abril de 2016, y  Madrid Fashion Film Festival (http://www.madridfff.com/es/) acaba de realizar la premiere en España el pasado 31 de mayo.


La película dirigida por Andrew Rossi sigue al curador jefe del MET, Andrew Bolton mientras examina el debate sobre si la moda debería ser considerada arte o no, la tarea de un museo centenario como el MET, y también explora la relación entre la alta moda y las celebridades en la gala del MET. Se trata de un análisis del trabajo en torno a una magna y sugerente exposición China: Through The Looking Glass, inspiradora tanto como la cultura milenaria que protagoniza esta lectura nueva, a través de personalidades notables como Wong Kar Wai, director artístico de la exposición; Baz Luhrmann, consultor creativo para la gala del MET; Andre Leon Talley de Vogue; Harold Koda, ex curador a cargo del Instituto de vestuario; Thomas Campbell, director del Museo Metropolitano de Arte, y cómo no el trabajo que requiere organizar la gala con la alfombra roja más importante del mundo de mano de Anna Wintour, que ordena de manera incansable el cometido que otra persona tendría que realizar en exclusiva.(http://www.firstmondayinmay.com/)



Dado que el evento es co-organizado por Vogue, la película también sigue a la editora en jefe omnipresente de la revista, Anna Wintour, mientras ella y la directora de proyectos especiales Sylvana Ward Durett planean una de las noches más importantes para la industria de la moda mundial.  La directora de Vogue USA, es desde hace años la organizadora de esta gala benéfica en el MET (The Metropolitan Museum of Art) que tiene como finalidad recaudar fondos para el museo, pero también demostrar de alguna manera que la moda tiene cabida en un museo por tratarse de un arte. Es una de las citas del año en la que se concentran más famosos, muchos de ellos convocados por las grandes casas de moda y la organización y montaje de la exposición es una tarea realmente ardua. En este documental vemos todos los preparativos para la gala del año pasado con temática china. Nuevos conceptos para museos abiertos, más sociales, más comunicativos, y para la industria de la moda en el siglo XXI.


Pero no solo de Anna Wintour vive el MET, podemos ver a Andrew Bolton, comisario de estas exposiciones y director de moda del museo, que adora su trabajo y que no duda en trasladarse a cualquier rincón del mundo para descubrir lo que realmente sirva de documentación para una pieza determinada. Por la opinión de Anna Wintour pasa absolutamente todo: desde la decoración de cada sala hasta los platos que se servirán en la cena o el orden de las mesas. “El Met Ball es como la Super Bowl de los eventos sociales de moda” afirma en el video André Leon Talley, exeditor de Vogue y ojo derecho de Anna. “Es como una película de Fellini” sostiene Madonna. Lo que es innegable es que la mujer de acero de la revista de moda americana sabe cómo sacarle partido a una de las noches más mediáticas del mundo de la moda, desde que en 1999 tomase el mando de la gala, las recaudaciones derivadas de ella y destinadas al Costume Institute del Museo Metropolitano de Nueva York han batido récords históricos.


Las anécdotas se suceden en casi todo el documental: prueba de manteles y decoración en la propia casa de Anna, el altísimo caché de Rihanna para asistir a un evento benéfico o las personas que están invitadas pero que todos desean que no asistan. También un divertido Pharrell Williams, Rihanna jugando a sorprender, Kanye West bastante pasota y las decoraciones florales más espectaculares vistas hasta el momento. El film es realmente recomendable, sobre todo si sientes pasión la moda.

Como recordaran la gala del MET del año pasado fue una de las más comentadas, ya que tenía un tema algo sensible, y también debido a su prohibición de los celulares y las redes sociales, para ver trailer de la película, aquí puede seguirse el enlace (https://www.youtube.com/watch?v=MRFCVG85X_s).

Manus x Machina: Fashion in an Age of Techonology es el título de la exposición y la gala de este año 2016. La influencia de la tecnología en la moda se ve reflejada en el evento que cuenta con padrinos de la talla de Idris Elba, Taylor Swift y el director de diseño de Apple, Jonathan Ive. 


Andrew Bolton, the curator of the Costume Institute at the Metropolitan Museum of Art, in “The First Monday in May.”


miércoles, 1 de junio de 2016

FÁTIMA***


Premio César 2015 a Mejor Película, Premio al Mejor Guion adaptación y Premio Mejor Actriz revelación para la joven actriz Zita Hanrot. Fátima es una madre coraje, mujer inmigrante de 44 años que vive en Lyon junto a sus dos hijas: la rebelde adolescente de quince años Souad (Zita Hanrot) y Nesrine, que a sus dieciocho años acaba de comenzar la carrera de medicina. Fátima no sabe hablar bien francés y está preocupada por el futuro de sus hijas, que son su orgullo y alegría, pero también la causa de que pierda el sueño. Para poder pagar sus estudios trabaja sin descanso como limpiadora, pero un día sufre un accidente que le obliga a guardar reposo. Entonces aprovechará ese momento para escribir a sus hijas en árabe, para así poder decirles todo aquello que nunca ha podido expresar en francés. Un texto lleno de intensidad y lirismo que llega a emocionar.

La pregunta compleja sobre lo que significa ser mujer musulmana e inmigrante en Francia no puede contestarse con una película, pero Fátima, del director francés de origen marroquí Philippe Faucon, intenta responder ofreciendo más interrogantes que certidumbres, a través de una narración abierta y llena de nobleza que intenta salir de la diversas encrucijadas que propone poniendo por delante la ternura y honestidad de su protagonista. El guión es un texto sencillo, cuyos mimbres dramáticos se apoyan en esos pequeños conflictos y erosiones cotidianas -que se resuelven en ocasiones como derrotas y en otras como triunfos- que vive una mujer madre coraje para dos hijas muy distintas, dos modelos de francesas de segunda...

Una mirada humana y optimista sobre la inmigración de origen magrebí en Francia,  que trae un poco de esperanza en estos tiempos en los que el terrorismo oscurantista religioso  se alza como una amenaza contra la tolerancia y la integración.

Adaptación de la novela autobiográfica de Fátima Elayoubi,  la película de  Philippe Faucon nos habla de una madre que trabaja como mujer de la limpieza y consagra su vida a sus dos hijas, para darles una educación y un porvenir.

               Soria Zeroual, Zita Hanrot, Kenza Noah Aïche 


Esta película supone la consagración en la carrera de Philippe Faucon, cineasta que tiene en su haber películas como “El amor”, “Samia”, o “La desintegración”. Una coherente  filmografía en la que ha abordado desde perspectivas muy diversas temas siempre relacionados con la inmigración.

FÁTIMA
Título original: Fatima. Director: Philippe Faucon. Guión: Philippe Faucon, Yasmina Nini-Faucon, Mustapha Kharmoudi y Aziza Boudjellal, y basado en la obra autobiográfica de la escritora Fatima Elayoubi. Intérpretes: Soria Zeroual, Zita Hanrot, Kenza Noah Aïche, Chawki Amari y Edith Saulnier. Producción: stiqlal Films / Arte France Cinéma / Possibles Média / Rhône-Alpes Cinéma. Fotografía: Laurent Fenart. País: Francia. Año: 2015. Duración: 79 min. Género: Drama. Público: Adultos.