viernes, 27 de noviembre de 2015

LITTLE BOY***

Little boy es una épica película familiar que arrastra al espectador a un viaje de confianza, valentía, humor y amor a través de lo improbable de los sucesos, de las amistades y de la esperanza que vive un niño.



Pepper Busbee es un niño de 8 años que vive junto a su familia en una pequeña ciudad en Estados Unidos. Todo el mundo le conoce como “Little Boy” debido a su baja estatura. Rechazado y molestado por el resto de niños, el único amigo de Little Boy es su padre James, con el que cada día parece una aventura. El mundo de Little Boy se derrumba cuando James es reclutado como soldado para ir a la Segunda Guerra Mundial. Inspirado por su héroe de cómic, Little Boy cree que puede lograr lo imposible: traer a su padre de vuelta a casa. Para tener éxito en su misión, debe hacerse amigo de la persona a quien más teme, un anciano japonés al que nadie en la ciudad habla y que representa la cara del enemigo, contra el que lucha Estados Unidos y su propio padre.



El lector quizá quiera saber que el padre y el hermano de Alejandro Monteverde, director de la película, fueron secuestrados y asesinados en México, hace poco más de un mes. La familia había pagado el rescate. En la cinta, ambientada en un pueblo no demasiado sofisticado de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, también ocurren desgracias, vistas desde la pequeña estatura de un niño de ocho años. «Little boy» comparte además con Oskar Matzerath, el protagonista de “El tambor de hojalata”, obra de Günther Grass (1959), una extraña resistencia a crecer y a entender las cosas de los adultos.



Lo que nos cuenta Monteverde es una historia de fe, semillas y montañas, adornada por un elenco de grandes y veteranos actores  y de una factura notable, inspirada en esa luz dorada que envuelve los dibujos del ilustrador norteamericano Norman Rockwell (célebre por sus imágenes llenas de ironía y humor). Los elementos para emocionar se solapan unos a otros. El director logra emocionar, hacer reír, llorar o sentir miedo, con una historia sencilla de algo sencillo que provoca grandes cambios: incluso milagros.

                    The runaway, Norman Rockwell

«Little Boy» -no por casualidad el nombre con que se conoce también la bomba que cayó sobre Hiroshima- ofrece hermosas enseñanzas y aboga por combatir la maldad con la tolerancia, o aún más, de combatir la maldad con bondad, y no en concepto universal sino con hechos. El personaje de Hashimoto (Cary-Hiroyuki Tagawa) es perfecto para ilustrar con más sutileza el daño que producen la ignorancia y el aborregamiento. El espectador sagaz sabrá quedarse con esto.




El 4 de agosto de 2011 se anunció que Metanoia Films produciría la película con Ben Chaplin y Emily Watson uniéndose al elenco.  El 6 de agosto de 2011, Kevin James, David Henrie y Jakob Salvati se unieron al elenco. El 20 de junio de 2014, Open Road Films obtuvo los derechos de distribución de la película. El 2 de julio de 2014, se anunció que la película sería estrenada el 24 de abril de 2015.La película ha sido rodada en Rosarito Beach (en los mismos estudios mexicanos en los que tuvo lugar la filmación de TitanicLittle boy se ha rodado además en otras localizaciones como Los Cabos o Tijuana (ambas en México).

LITTLE BOY***

Director: Alejandro Monteverde. Guión: Alejandro Monteverde, Pepe Portillo. Intérpretes: Jakob Salvati, Michael Rapaport, David Henrie, Cary-Hiroyuki Tagawa, Emily Watson, Tom Wilkinson, Kevin James, Eduardo Verastegui. Productora: Coproducción México-EEUU; Santa Fé Films / Metanoia Films. Fotografía: Andrew Cadelago. País: México. año: 2015. Duración: 100 min. Público: Todos. 

jueves, 19 de noviembre de 2015

REMEMBER****

Una historia inusitada sobre la venganza servida en plato frío, del trauma, de la memoria. En estos días que de pronto se tornaron oscuros por lo sucedido en los atentados de París, o del Líbano, o Siria, o Irak, o Afganistán, la película Remember de Atom Egoyan toma un significado especial y se hace más hiriente.


La cinta se centra en Zev Gutman (el veterano actor Christopher Plummer), un sobreviviente de Auschwitz con demencia y pérdida de memoria que siente la necesidad de cumplir con un deseo de venganza hacia un blockfuhrer nazi. Como en muchas películas que hemos visto sobre el holocausto judío, existe un imaginario común revisitado, que Egoyan quiere explorar de otra manera. Su cine está apegado a contar la manera de lidiar con la tristeza y los acontecimientos de la vida como eje principal, que invita a la reflexión...esta cinta sin duda lo hace, y con hechos como los que suceden hoy en nuestro mundo, esto toma una relevancia esencial. Por contraste, para algunos afectados directamente por el horror o la violencia estos días, ni siquiera quieren otorgar a sus verdugos el odio ni el desprecio hacia ellos ni hacia sus acciones.  

El director canadiense-armeno Atom Egoyan acaba de recibir el Premio Cineteca Nacional de México. En Remember transmite su visión como director, las historias que lo atrapan, y su fascinación por el veterano actor Christopher Plummer, protagonista de la cinta. Siempre ha trabajado con narrativas muy complicadas y tortuosas, centradas en complejas relaciones humanas, familiares y amorosas, las cuales se desarrollan en un mundo altamente tecnológico, en el que la intervención de los medios sustituye al contacto directo. El reto en esta película ha sido trabajar con una historia no líneal sobre un hombre y un pasado. 

        Cristopher Plummer (Zev Gutman) y Martin Landau (Max Rosenbaum)

Según Egoyan, "el personaje que van a ver en este filme, interpretado por Christopher Plummer, es muy diferente a cualquier otro que hayan visto en algún libro o película porque es una actuación muy radical. Estoy orgulloso de haber sido capaz de registrarla". Fiel a su trayectoria y propuestas personales, hace cine realizado con rigor y al margen de modas y presiones comerciales. No pretende dar clases de moral, sino retratar unos personajes -que aparentemente muestran las caras de un caleidoscopio contenido en cualquier atentado contra cualquier ser humano, en el odio, en las guerras, en los homicidios-, desde las fobias irracionales, el odio, negarse a olvidar el pasado, las actitudes conformistas y permisivas, la venganza, la intimidación o extorsión a los seres humanos. El director también ha afirmado que sobre este género "hemos visto muchas películas que hablan acerca del holocausto judío y generalmente lo que percibo es que existe un tabú acerca de ello. En el cine parecería que si quieres tocar con éxito este tema hay ciertas cosas de las que no debes hablar, por lo regular se retrata a los supervivientes siempre como héroes y no siempre es así". Un trasunto de su filme Ararat, 2002, sobre el genocidio armeno.


                              Martin Landau es Max


En este thriller intelectual y atípico, uno de sus grandes aciertos es un reparto espectacular: Egoyan ha contado con Cristopher Plummer (interpretando su personaje con una simplicidad, vulnerabilidad y carisma interno dignos de Óscar), Bruno Ganz, Martin Landau, Heinz Lieven, Dean Norris, Jürgen Prochnow, Henry Czerny. La película se deja envolver por la increíble música de Michael Danna y por los audios persistentes de sirenas, perros aullando..., revelando el poder oscuro de la violencia y de la intimidación permanente, y el sonido más persistente y real: el de la silenciosa y mordaz conciencia, el del trauma y el sufrimiento interior.


Lazos familiares, 1987, primer largometraje de Atom Egoyan, le abrió las puertas a los principales festivales de Cine, entre ellos Cannes, Berlin, Venecia y Toronto, donde ha sido reconocido e incluso nominado a los Óscars por El dulce porvenir, de 1997. 


REMEMBER****

Director: Atom Egoyan. Guión: Benjamin August. Intérpretes: Cristopher Plummer, Bruno Ganz, Martin Landau, Heinz Lieven, Dean Norris y Jürgen Prochnow. Música: Michael Danna. Producción: Serendipity Point Films. País: Canadá. Año: 2015. Duración: 95 min. Público: Adultos.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

DHEEPAN****

Audiard ha ganado la Palma de Oro en Cannes 2015 con un drama social que no nos ahorra violencia, ni el retrato del desprecio y la desconfianza que sienten los que están obligados a salir de su país por diversos motivos, uno de ellos también la violencia en diferentes formas. Una sobrecogedora mirada sobre la posición del otro, del diferente, a nuestro lado.



La guerra civil está a punto de terminar en Sri Lanka y la derrota está cerca. Dheepan decide huir. Parte con una mujer y una niña a las que no conoce, inventando una familia, con la esperanza de obtener más fácilmente asilo político en Europa. Al llegar a París, con pasaporte falso,  la “familia” va de hogar de acogida en hogar de acogida, hasta que Dheepan consigue trabajo, tras ser un vendedor callejero,  como conserje en un edificio de los suburbios. Dheepan tiene la esperanza de construir una nueva vida y un verdadero hogar para su esposa y su hija falsas. ¿A cuántas vidas tenemos derecho? ¿Es posible acaso empezar de nuevo?, son los interrogantes que plantea Audiard.

El soldado Dheepan tendrá que utilizar sus instintos guerreros para poder proteger a la que hubiese querido que fuera su familia “real”. La violencia cotidiana de la ciudad despierta las heridas aún abiertas de la guerra. Yendo de un lado a otro observando y sin comunicarse verbalmente, en su desconocimiento casi total de la lengua francesa, los dos adultos se adaptarán progresivamente, aprendiendo también a conocerse mejor hasta empezar a amarse, mientras que la pequeña Illayal avanza a mayor velocidad gracias a la escuela. Pero Dheepan verá cómo finalmente las actividades del tráfico de drogas que lo rodean lo obligarán a salir de su reserva y sus sueños de la jungla tomar una dimensión urbana brutal.

Jesuthasan Antonythasan en Dheepan

La película tiene una imagen poderosa. Presenta las experiencias de los inmigrantes y la integración, pero de la misma manera la película no deja de ser polémica sin ser didáctica, a lo que se une su mensaje sobre el espíritu humano y conmueve cómo las conexiones de amor pueden florecer en las formas más sorprendentes.  Narra la historia de un hombre entre dos guerras. Todo sea por huir del horror. Atrás, un pasado de guerra brutal, como todas; adelante, la posibilidad de un futuro nuevo. Y comenta el director francés: "Es un tema clásico del cine y por eso precisamente me interesa. No es tanto el asunto de la redención típico del western sino la extrañeza de verse reparando ascensores, algo tan anodino, en un país nuevo después de haber pasado por un auténtico infierno. ¿Dónde deja uno la violencia aprendida? ¿Se puede ser otro?".

La idea de Audiard en Dheepan es comparar y enfrentar universos en el más amplio sentido: y lo hace a su manera.  La cámara se pega a los protagonistas siempre pendientes de su drama, de su tragedia por dentro. Pero sin descuidar en ningún caso la escritura. Así, lo que empieza como quizá un drama social acaba transformado en un violento thriller. "En un momento, el protagonista traza una raya en el suelo. Es a partir de ahí donde empieza el género", dice. La película es dura y verosímil porque los actores no son profesionales, pero transmiten una intensidad acompañada de un ritmo pausado, que impregna todo de lucidez sin dejar de llenarnos de perplejidad al ver lo que vemos.

                         Vincent Rottiers en Deepan

Cuenta el director que la película nació de la necesidad de separarse y hasta contradecir su película anterior. En De óxido y hueso,  "todo estaba demasiado escrito, todo era predecible para mí desde el primer momento. Los intérpretes, demasiado grandes". Ahora es justo lo contrario. "La historia y progresión de cada uno de los personajes corre en paralelo con el espectador. Quería que el trabajo en plató tuviera más importancia. Como había pocos elementos dramáticos, había que crear una dinámica distinta con la estructura; una película que cambiara con los personajes. Y que el espectador avanzara a la misma velocidad de ellos. Los dos descubren a la vez cada paso que dan", describe. Audiard nunca deja descansar al espectador  en lo previsible. El objetivo se mueve nervioso entre los cuerpos buscando su vibración interna. Y consigue colocar al patio de butacas en el centro de la narración.
El director no piensa que sea oportunista, "buscaba un país que no estuviera en la órbita francesa para que el choque cultural fuera completo. Y así di con este país. Las únicas imágenes que encontré fueron inglesas. Me llamó la atención que no supiera nada de una guerra tan horrible. El dolor de los demás es completamente invisible", afirma. Una herida sangrante y abierta que interpela.


DHEEPAN****
Director: Jacques Audiard. Guión: Noé Debré, Thomas Bidegain, Jacques Audiard. Intérpretes: Vincent Rottiers, Marc Zinga, Jesuthasan Antonythasan, Franck Falise, Claudine Vinasithamby. Productora: Why Not Productions / Page 114. Fotografía: Eponine Monenceau. Montaje: Juliette Wetflin. Música: Michael Jaar. País: Francia. Año: 2015. Duración: 114 min. Género: Drama social. Público: Adultos.