lunes, 29 de octubre de 2012

MI CASA DEL LECTOR
El hilo de Ariadna



La Casa del Lector es mi casa. Inaugurada el pasado miércoles 17 de octubre, no había podido visitar sus Naves en Matadero Madrid de Legazpi hasta ayer. Y se nota el placer de leer y el amor por los libros de Germán Sánchez Rupérez, promotor desde su Fundación de esta Casa. Y me he sentido en mi casa.
 
Una casa que muestra también textos, hipertextos, palabras fugaces como pájaros,alfabetos propios y comunes a través de El hilo de Ariadna, exposición organizada por Casa del Lector y Acción Cultural Española (AC/E) y comisariada por Francisco Jarauta.  Obras de Gema Álava, Theo Angelopoulos, Eugeni Bonet, Jorge Luis Borges, Constant, Julio Cortázar, Rosó Cusó, Daniel García Andújar, Adolph Gottlieb, Ramon Llull, Josué Moreno, Robert Morris, Antoni Muntadas, Jaume Plensa, Santiago Ramón y Cajal, Charles Sandison, Robert Smithson e Imogen Stidworthy.
 
Pero donde me he dejado envolver es aquí:
 
 
Magnífica obra de Charles Sandison donde las palabras te envuelven como vuelos de pájaro, fugaces, con inmensa capacidad de ser aprehendidas, interiorizadas, conocidas, y a la vez, viajeras.
 
La imagen del laberinto la llamó Borges “la opacidad del mundo”. El hilo de Ariadna es un recurso poético en esta exposición, que permite seguir tejiendo -ya en el espacio abierto- ese tapiz de formas y signos. La infinita capacidad humana de nombrar, de evocar, de llamar, de inventar...Esta exposición ofrece al espectador el posible viaje de los saberes a través de la lectura mostrando distintos laberintos y dibujando un recorrido desde el territorio del mito a las redes de comunicación actuales, pasando por otras formas como las estructuras biológicas creadas por la Naturaleza.
 
Asociar, juntar, yuxtaponer, borrar, comunicar... Antes y ahora, múltiples lecturas.
La exposición incluye obras que han sido concebidas específicamente para esta exposición como las de Daniel García Andújar, Antoni Muntadas, Imogen Stidworthy, Gema Álava, o una espectacular instalación interactiva sobre el laberinto de la Casa de Lucrecio en Pompeya.
 
Recomiendo ir con tiempo y despacio para saborear tu casa y mi casa.
Se puede visitar hasta el 17 de marzo de 2013 en los siguientes horarios:
Martes - Viernes de 17 a 21 h
Sábados de 11 a 15 h y de 17 a 21 h
Domingos y festivos de 11 a 15 h
Lunes cerrado

jueves, 25 de octubre de 2012

NO SALES EN LA FOTO



Una obra de Pieter Bruegel el Viejo (Breda 1525-Brabante 1569), Camino al Calvario (Museo Kunsthistorisches, Viena), inspira El molino y la cruz, película de gran potencia visual dirigida por Lech Majewski, que narra una historia de la Pasión de Cristo situada en Flandes bajo la ocupación española de 1564. Entre los personajes retratados se encuentra el propio Pieter Bruegel (interpretado por Rutger Hauer), su amigo y coleccionista de arte Nicholas Jonghelinck (Michael York) y la Virgen María (Charlotte Rampling).

Excelente fotografía, sobrecogedora luz, teatral puesta en escena, estupendos actores, reducida lectura. 

La película tiene todos los elementos para impactar, pero discrepo de la simpleza de una lectura dialéctica de la escena, por reduccionista. Majewski nos muestra dos mundos contrapuestos: el mundo del trabajo, del progreso y del dominio humano (el molino) y el mundo de la fe (la cruz), que en este caso es injustamente identificado con el inocente que muere a manos del imperialismo, la tiranía, la violencia, la injusticia simbolizada por los soldados de casacas rojas de Felipe II -el rey de la Contrarreforma católica-.

Desprestigio de la fe, giro de la mirada desde Cristo hacia Simón de Cirene, como centro de la interpretación reductiva de una magnífica obra de arte de Bruegel. Sinsentido de la fe. Y todo ello envuelto en el imperceptible manto de la estética flamenca más bella..., heredera de El Bosco, aunque más moderna y realista de concepción, más irónica, más alegre.

Me pregunto si durante veintiún siglos la inteligencia de los cristianos ha creído de forma tan reiterada e impune en un sinsentido,lo que demostraría cerebros castrados -contados por millones, durante siglos-, o si más bien estamos delante de una lectura reductiva de una obra de arte en términos de una dialéctica tan burda y tan antigua como la gnóstica, o tan simple como la de la rebeldía política contra el opresor.


La película El molino y la cruz se presentó ayer en la Semana de Cine Europeo de Mallorca, de Aquelarre Producciones.

Otras obras de Brueguel el Viejo:

La Torre de Babel, 1563
 
 
La caída de los ángeles rebeldes, 1562 (fragmento)