jueves, 30 de septiembre de 2021

 

MALMKROG***

Nikolái, poderoso terrateniente y hombre de mundo, decide invitar a sus amigos de la alta sociedad a alojarse en su mansión de Malmkrog, Transilvania, para pasar las fiestas de fin de año. Entre sus invitados se encuentran un político francés, un general ruso y una condesa, que disfrutan de una velada serena entre sabrosas comidas, juegos de sociedad y profundas discusiones sobre la moral, la política, la muerte o la existencia del mal. A medida que las horas pasan, las tensiones aumentan y cualquiera puede caer víctima de su propio discurso...



Malmkrog de Cristi Puiu (Sierranevada, La muerte del Sr. Lazarescu) se estrena en cines este viernes, 1 de octubre. Inspirada en el texto Los tres diálogos y el relato del Anticristo (1900) del filósofo ruso Vladimir Soloviev (1853-1900), el cuarto largometraje del cineasta rumano pretende ser un viaje a través de la historia de las ideas y un intercambio de posturas intelectuales. Según sus propias palabras, el cineasta Puiu concibió la película “como un debate sobre el cine y la memoria, permitiéndome imaginarlo paso a paso, día a día, tomando en consideración cada vibración, cada cambio de luz natural, cada variación climática, cada estremecimiento de mi intuición. Esos son los límites entre los que quise anclar mi interpretación personal de un texto que considero, por muchas razones, profético”.

Y es verdad que se inician discusiones interesantes, con una fotografía, escenografía y vestuario impecables; sobre Rusia y Europa, la idea y el alma rusa, sobre la guerra y la moral, sobre el Cristianismo…pero acaban enmarañándose y alargándose en el tiempo, produciendo hastío. Esperaba en esta película un trasunto de los inteligentes diálogos bizantinos de la novela de Thomas Mann, La montaña mágica (1929), o algo parecido; pero me encuentro una película donde el guión se hace plúmbeo y caótico gradualmente y donde se echa en falta un dibujo psicológico más sutil sobre los personajes.



Realmente el texto de Soloiov refleja sus vaivenes intelectuales y personales desde la religión más ferviente y sentimentalista hasta el ateísmo más nihilista, y viceversa. Contradicciones de una fe sentida y nunca razonada. Fideísmo irracional. La fe contraria al conocimiento de la razón. Soloviov escribe obras monumentales donde transita fases desde la teosofía, teocracia, teúrgica y apocalíptica. Detecta la necesidad de un pensamiento íntegro, que busca desarrollar «críticamente», liberando las grandes aportaciones de la modernidad de sus parcialidades y, a la vez, incorporándolas a la doctrina patrística y medieval cristiana.

La «idea teocrática» de Soloviov se fundamenta en su convicción, que parece no abandonará en adelante, de la unidad profunda (mística) de las Iglesias latina (católica) y oriental (ortodoxa, sobre todo rusa). Un tipo de pensamiento enciclopédico, que, traducido en cine, resulta muy difícil de seguir, convirtiéndose en ocasiones en pura verborrea. Publica en estos años algunos de los libros más importantes: La gran controversia y la política cristiana (1883), El judaísmo y la cuestión cristiana (1884), El desarrollo dogmático de la Iglesia (1886), Historia y futuro de la teocracia (del cual sólo se publicará un volumen y en el extranjero, a causa de la censura rusa, en el año 1887) y, sobre todo, Rusia y la iglesia universal (1889), escrita y publicada en francés. En 1896 Soloiov profesa el Credo Tridentino (enviando el 16 de febrero su profesión de fe «católico-ortodoxa» al papa León XIII)​ y recibe la comunión de las manos del sacerdote griego-católico N. Tolstói, pero sin considerarse a sí un converso, sino también un fiel a la fe ortodoxa. De hecho, antes de la muerte (18 de julio) se confesó con un sacerdote ortodoxo y recibió la comunión de sus manos. El entierro, que se celebró el día 3 de agosto, tuvo lugar en la iglesia universitaria ortodoxa de Santa Tatiana. En la lápida de su tumba se colocaron dos iconos: uno de la Virgen de Kazán y otro de la Virgen Ostrobramska (Our Lady of the Gate of Dawn).



El reparto del film, en el que el juego de la retórica se anuda con la puesta en escena, está compuesto por Agathe Bosch, Frédéric Schulz-Richard, Diana Sakalauskaité, Ugo Broussot, Marina Palii e István Téglás. Ha obtenido el Premio a la Mejor Dirección de la Sección Encounters en la 70ª edición de la Berlinale y el Giraldillo de Oro a la Mejor Película y el Premio al Mejor Guion en la 18º edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla.