LA
SEÑORA LOWRY E HIJO***
L.S. Lowry fue una de las figuras artísticas más importantes del Reino Unido de mediados de siglo XX, un pintor famoso por su visión única del noroeste industrial de Inglaterra, en Pendlebury Greater Manchester. La película nos muestra la complicada relación que mantiene con su madre, una mujer empeñada en criticar cualquiera de los gustos de su hijo.
¿Cómo se forja una mirada llena de verdad y sentimiento hacia
la realidad en un pintor? Una mirada que no es un pasatiempo ni un hobby sino
respiración al unísono con la luz, con la atmósfera, con la vida, que divierte
y a la vez entristece.
“Pinto lo que veo. Pinto lo que siento. Soy un pintor, ni
más ni menos”.
La perfecta inocencia que visita y revisita las vidas de
otros, las vidas reales, y que ansía retratarlas en su dignidad y belleza.
Madre e hijo. La Sra Lowry nonagenaria, interpretada una
magistral, exigente y dolorosa Vanessa Redgrave, vive sola con su hijo Laurie
en Lancashire, a pesar de que ella era una chica bien de Victory Park y que
añora permanentemente su “otra” vida. Y el devoto y presente hijo (maravilloso
actor Timothy Spall, que lo borda) que crece hacia adentro con su inmenso
talento y sensibilidad, y que con su oficio de recaudador de rentas mantiene a
los dos, pero cuyo verdadero y único oficio en el mundo es ser pintor.
Un retrato doliente pero tierno, certero y cadencioso del
talento a fuego lento.