EL TESORO***
Retrato sobrio y sin aditamentos de dos personajes de la era
postcomunista en Rumanía. Una historia sobre la búsqueda de un tesoro, casi un
universal en la historia del ser humano, lugar frecuentado por la literatura.
Un cuento sobre el anhelo de algo mejor que arregle nuestras vidas.
Costi es un joven padre de familia que vive en Bucarest. Le
gusta leer las aventuras de Robin Hood a su hijo de 6 años por la noche, para
que se duerma. Un día, su vecino le comenta que está seguro de que hay un
tesoro enterrado en el jardín de sus abuelos. Si Costi le ayuda alquilando un
detector de metales y acompañándole, compartirá el tesoro con él. Inicialmente
escéptico, y a pesar de todos los obstáculos, Costi se dejará llevar por la
aventura.
El tesoro, es el quinto largometraje del rumano
Corneliu Porumboiu, una película moral, aunque sea una película de aventuras.
Pero sus imágenes, son deliberadamente feístas, (como lo son la homogeneidad
despersonalizada de los regímenes comunistas, o estalinistas) y conscientemente
reiterativas, ambientadas en gélidas oficinas, desapacibles hogares,
destartalados jardines y funcionales parques. La película de Porumboiu, el
autor de la sensacional 12:08, al Este de Bucarest (2006), podría formar un
magnífico díptico ético con la todavía en cartelera Los exámenes, de
Cristian Mungiu.
Los dos directores habitan un país que pretende levantarse
entre sus ruinas, una sociedad aquejada de la globalización de lo corrupto, del
recelo y la suspicacia, de la sospecha, desde arriba hasta abajo, en la que la
decencia y la honestidad adquiere una condición utópica. Y, sin embargo, uno se
espera que detrás de cada pequeño conflicto moral de El tesoro, a la
vuelta de cada ruptura de la integridad (un escaqueo en el trabajo, un atajo
inconsciente para salir del atolladero económico, una burla legal...), anide
una consecuencia entre negra y edificante, como un castillo de naipes que se va
derrumbando. Pero no es así. El tesoro tiene la virtud de la continua
ruptura de expectativas.
A través de planos fijos alargados en el tiempo, con una luz
estudiada y casi teatral, con una ausencia (casi) total de música, únicamente
una bellísima ráfaga final, en tono, faltaría más, de cine clásico de
aventuras, y unas existencias grises y desamparadas, la película es otra
muestra más de hacia dónde se sigue dirigiendo el Nuevo Cine Rumano. Esa
ansiada verdad.
El tesoro es una radiografía de la sociedad rumana, la del
presente y la del pasado, que impresiona por su estado de asfixia, pero que ofrece
una salida ética y una amplitud de lecturas a sus desvaríos cotidianos sin necesidad
de discurso alguno. Un enfoque seco, sin artificios, de una estilización total
y por eso, más expresivo. Porumboiu es un artista del despojamiento.
Y el despojamiento genera autenticidad y reflexión. No
esperen ver una película de acción, tiroteos y persecuciones. El tesoro es algo
más sordo y silencioso. El tiempo pasa lentamente y aun así te engancha. Como
te engancha su final inesperado. Metáfora esperanzada de la utopía de una
sociedad que acabará saliendo de sus cenizas con vitalidad y fuerza inusitadas.
EL TESORO***
Título original: Comoara/The Treasure. Director: Corneliu Porumboiu. Guión: Corneliu Porumboiu. Intérpretes: Toma Cuzin, Adrian Purcarescu, Corneliu Cozmei, Cristina Cuzina Toma, Nicodim Toma, Dan Chiriac, Iulia Ciochina. Fotografía: Tudor Mircea. Productora: 42 Km Film / Les Films du Worso / Rouge International. País: Rumanía. Año: 2015. Duración: 85 min. Público: Todos.