viernes, 16 de diciembre de 2016

EL TESORO***

Retrato sobrio y sin aditamentos de dos personajes de la era postcomunista en Rumanía. Una historia sobre la búsqueda de un tesoro, casi un universal en la historia del ser humano, lugar frecuentado por la literatura. Un cuento sobre el anhelo de algo mejor que arregle nuestras vidas.



Costi es un joven padre de familia que vive en Bucarest. Le gusta leer las aventuras de Robin Hood a su hijo de 6 años por la noche, para que se duerma. Un día, su vecino le comenta que está seguro de que hay un tesoro enterrado en el jardín de sus abuelos. Si Costi le ayuda alquilando un detector de metales y acompañándole, compartirá el tesoro con él. Inicialmente escéptico, y a pesar de todos los obstáculos, Costi se dejará llevar por la aventura.


El tesoro, es el quinto largometraje del rumano Corneliu Porumboiu, una película moral, aunque sea una película de aventuras. Pero sus imágenes, son deliberadamente feístas, (como lo son la homogeneidad despersonalizada de los regímenes comunistas, o estalinistas) y conscientemente reiterativas, ambientadas en gélidas oficinas, desapacibles hogares, destartalados jardines y funcionales parques. La película de Porumboiu, el autor de la sensacional 12:08, al Este de Bucarest (2006), podría formar un magnífico díptico ético con la todavía en cartelera Los exámenes, de Cristian Mungiu.

Los dos directores habitan un país que pretende levantarse entre sus ruinas, una sociedad aquejada de la globalización de lo corrupto, del recelo y la suspicacia, de la sospecha, desde arriba hasta abajo, en la que la decencia y la honestidad adquiere una condición utópica. Y, sin embargo, uno se espera que detrás de cada pequeño conflicto moral de El tesoro, a la vuelta de cada ruptura de la integridad (un escaqueo en el trabajo, un atajo inconsciente para salir del atolladero económico, una burla legal...), anide una consecuencia entre negra y edificante, como un castillo de naipes que se va derrumbando. Pero no es así. El tesoro tiene la virtud de la continua ruptura de expectativas.



A través de planos fijos alargados en el tiempo, con una luz estudiada y casi teatral, con una ausencia (casi) total de música, únicamente una bellísima ráfaga final, en tono, faltaría más, de cine clásico de aventuras, y unas existencias grises y desamparadas, la película es otra muestra más de hacia dónde se sigue dirigiendo el Nuevo Cine Rumano. Esa ansiada verdad.

El tesoro es una radiografía de la sociedad rumana, la del presente y la del pasado, que impresiona por su estado de asfixia, pero que ofrece una salida ética y una amplitud de lecturas a sus desvaríos cotidianos sin necesidad de discurso alguno. Un enfoque seco, sin artificios, de una estilización total y por eso, más expresivo. Porumboiu es un artista del despojamiento.


Y el despojamiento genera autenticidad y reflexión. No esperen ver una película de acción, tiroteos y persecuciones. El tesoro es algo más sordo y silencioso. El tiempo pasa lentamente y aun así te engancha. Como te engancha su final inesperado. Metáfora esperanzada de la utopía de una sociedad que acabará saliendo de sus cenizas con vitalidad y fuerza inusitadas.


EL TESORO***

Título original: Comoara/The Treasure. Director: Corneliu Porumboiu. Guión: Corneliu Porumboiu. Intérpretes: Toma CuzinAdrian PurcarescuCorneliu CozmeiCristina Cuzina TomaNicodim TomaDan ChiriacIulia Ciochina. Fotografía: Tudor Mircea. Productora: 42 Km Film / Les Films du Worso / Rouge International. País: Rumanía. Año: 2015. Duración: 85 min. Público: Todos.