lunes, 31 de agosto de 2015

EL CARTERO DE LAS NOCHES BLANCAS**

Dirección: Andrei Konchalovsky. Guión: Andrei Konchalovsky y Elena Kiseleva. Intérpretes: Aleksey Tryapitsyn, Irina Ermolova, Valentina Ananina. Rusia, 2014. Duración: 100 min. Drama.

Retrato realista y crudo de la Rusia rural, realizado por un director veterano Como Andrei Konchalovsky. Un breve cuento que relata como viven separados del mundo exterior, unidos sólo por una lancha que conecta el poblado con la Rusia Continental, los habitantes de Kenozero, un enorme lago situado en el Norte de Rusia, viven de la misma manera como lo hacían sus antepasados durante siglos. Es una comunidad pequeña, todos se conocen y producen lo que realmente necesitan para vivir. El film es una crónica sobre la vida en un pueblo del norte ruso rodeado por una base espacial, y al que descubrimos a través de la mirada de un solitario funcionario que reparte el correo.



El cartero del pueblo, Liokha (Aleksey Tryaptisyn) es la única conexión que la gente tiene con el exterior, confiando en su lancha con motor fuera de borda para unir ese lejano lugar con las grandes ciudades. Cuando alguien roba el motor de la lancha y la mujer que ama se muda a la ciudad, el Cartero busca desesperadamente una nueva vida y una aventura que lo impacte.


Éste es un viaje al descubrimiento de uno mismo. El Cartero se enfrenta a sus viejos demonios, al amor y a su propia realización, para asumir finalmente que no hay lugar como su propia casa ni realidad mejor que la suya.


Recuerdos del cine de silencios, a la modernidad en la elección de ángulos con la única pretensión de hallar la pura naturalidad, a los relatos mínimos… Es admirable que Andrei Konchalovsky, a sus casi ochenta años, después de dirigir cine épico como «Siberiada» y action movies como «Tango y Cash», aún tenga ganas y talento para reinventarse. «El cartero de las noches blancas» significa, en cierto modo, el ansia de contemplación, el llanto por su gente, la reconciliación con ese paisaje ruso que, hermoso y aislado del mundo, sigue ajeno al cambio radical que ha sufrido el país desde los tiempos de la Perestroika. Podría decirse que Konchalovsky pone al día los presupuestos del Neorrealismo –actores no profesionales, hibridación entre ficción y documental– rodando, con un digital de calidad cristalina, una versión envolvente en el fastuoso paisaje del lago, de «El ladrón de bicicletas».



Rodada con actores no profesionales e inspirada “por Chéjov y Bresson” según su director, la película narra el desconcierto de los autóctonos ante un mundo que ya no se parece en nada al de su juventud, y que también ha sido doloroso.
Centrada en la figura de un cartero que tiene mucho de hombre para todo en una región que parece olvidada por la civilización, la película registra los gestos cotidianos de su protagonista y sus sucesivos encuentros con la gente del lugar apoyándose en un solo conflicto dramático –el robo del motor de su barca– y una leve, flotante decepción amorosa, que ayudan a definir su manera de ver el mundo. La belleza de sus paseos en barca, con la cámara deslizándose sobre el agua como un pájaro a punto de pescar, confirman –si es que hacía falta– el talento compositivo de Konchalovsky, pero da la impresión de que la película no siempre consigue superar su dimensión de retrato etnográfico, pero quizá es que no lo ha pretendido. 
La película ha obtenido el LEÓN DE PLATA al MEJOR DIRECTOR, asi como el  Premio DROP GREEN EN EL FESTIVAL DE VENECIA 2014, y el Premio LADY HANIMAGUARA DE PLATA en el último Festival de Cine de Canarias.



jueves, 6 de agosto de 2015

CINE DE VERANO (IV): EL POZO/NO TENGO MIEDO****

Campos de trigo alto y crecido, amarillo abrasador y fragante. Juegos de niños. Imaginación y secretos. Inocencia, bondad y el descubrimiento de la maldad.


Magnífica película de 2003 dirigida por Gabriele Salvatores. Escribieron el guión Francesca Marciano y  Niccolo Ammaniti, basado en la novela italiana del 2001 de Niccolo Ammaniti Io non ho paura. La historia retrata los “años de plomo” en Italia, un tiempo de terrorismo y secuestro en los años 1970s en una pequeña aldea mísera.

El film tiene lugar en 1978. Todo en la pequeña aldea ficticia de Acque Traverse al sur de Italia parece inmóvil, inactivo; el colegio ha terminado, los adultos se resguardan dentro de sus casas para escapar del calor que a todos sofoca. Solamente un pequeño grupo de niños se mueve libremente alrededor de la ciudad y del campo de trigales que la rodea, jugando aventuras. Durante una de ellas, el pequeño Michele Amitrano (Giuseppe Cristiano), de diez años de edad, se entretiene buscando las gafas de su hermanita cuando de pronto descubre un secreto tan terrorífico que cambiará su joven existencia por completo: hay algo dentro de un pozo, algo que nunca debió ser visto a la luz del día.

           Michele Amitrano (Giuseppe Cristiano) corre por los trigales

La historia se aplica en el pueblo ficticio de Acqua Traverse (literalmente la travesía del agua) en la provincia ficticia de Lucignano, fue filmada en Basilicata y Puglia, un área de Italia donde el director Salvatores pasó su juventud. La primera localización fue cerca de Melfi. De acuerdo con Salvatores, la película no es primariamente sobre un secreto, pero el misterio se palpa en toda la narración. La historia es sobre la inocencia de un niño, su grandeza de alma y su buen sentido, que le llevará a tomar decisiones de adulto. La mayoría de los actores del film, especialmente los niños, son ciudadanos locales sin experiencia en el cine. Giuseppe Cristiano, que actúa como protagonista, nunca apareció antes en ninguna película, y resulta un descubrimiento de expresión, intensidad y bondad.

La escenografía de la película es un extraño color primario que lo envuelve todo: amarillo y rojo, azul y amarillo, amarillo y negro; un camino que va y viene del mundo de juegos al mundo real, enfocando en objetos específicos de interés con acercamiento pictórico. La incluye la música original de Ezio Bosso, Quartetto d'Archi di Torino y Pepo Scherman, junto al trabajo del canadiense Michael Galasso.


I'm Not Scared está basada en la novela de Niccolo Ammaniti Io non ho paura. Ammaniti obtuvo la idea para el libro durante un viaje a Puglia en finales de los años 1990s. La novela ganó el Premio de Ficción Viareggio-Repaci del 2001. Desde la publicación en 2001, la novela vendió casi 700.000 copias y fue publicada en otros veinte idiomas. Jonathan Hunt escribió la traducción al inglés, distribuida por Canongate en 2003.

Fue nominada en el Festival Internacional de Cine de Berlín de 2003: Nominada por el Oso Dorado de Berlín para Gabriele Slavatores. Nominada en los Premios de Cine Europeo de 2003: Nominada por Mejor Cinematógrafo para Italo Petriccione. Fue Ganadora del Premio de la Audiencia para Mejor Actor para Giuseppe Cristiano, ganadora de Mejor Película de Puntuación para Ezio Bosso y ganadora de Mejor Guion para Niccolò Ammaniti en el Festival de Cine de Flaiano del 2003. Ganadora del Premio Mejor Cinematografía para Italo Petriccione, ganadora por Mejor Director para Gabriele Salvatores, gandora por Mejor Soporte de Actuación para Diego Abatantuono, nominada por Mejor Productor y Mejor Puntuación para Ezio Bosso y Pepo Scherman, nominada por Mejor Guion para Niccolò Ammaniti y Francesca Marciano y nominada por Mejor Sonido para Maruo Lazzaro en los Premios del Sindicato Nacional Italiano de Películas de 2003. Nominada para Mejor Película para Maurizio Totti, Riccardo Tozzi y Gabriele Salvatores, nominada por Mejor Música para Ezio Bosso, nominada por Mejor Sonido para Mauro Lazzaro, nominada por Mejor Soporte de Actuación para Diego Abatantuono, ganadora por Mejor Cinematografía para Italo Petriccione y Gandor para Gabriele Salvatores en los Premios Donatello del 2004.